"Esto no se ha visto nunca", comentó con cierto orgullo Virgilio Zapatero, rector de la Universidad de Alcalá de Henares, tras entregar ayer un inusual premio uno por duplicado en la licenciatura de Historia. La excepción la protagonizaron dos hermanas mellizas: María y Laura Martínez Lara, de 23 años, que suman un total de 82 matrículas de honor y una nota media nunca registrada en la universidad de la cuna de Cervantes: 9,94.

"Estudiar hasta ocho horas diarias, tener tenacidad y seguridad en ti misma". Esta es la clave para el éxito en los estudios, según las dos jóvenes, que no recuerdan haber suspendido nada en esta vida. "Nuestro éxito, si existe, es la constancia y el trabajo diario. Nosotras volvíamos a casa de la facultad y no se nos ocurría otra cosa que estudiar" dicen.

Menos raras

Naturales de Azuqueca de Henares (Guadalajara) e hijas de una maestra y un agente de diseños metalúrgicos de dos pueblos de Cuenca, María y Laura, acabaron el Bachillerato también con matrícula de honor y esperan lograr el Primer Premio Nacional Final de Carrera. Confían, "si nos lo merecemos", en que la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, se enrolle y, también por primera vez en la historia, permita otro duplicado.

"Los amigos no nos consideran raras --explica Laura-- pero la gente que no nos conoce, sí. A veces he oído por la calle o el supermercado a gente que me mira con cara de susto porque ha oído hablar de nosotras, pero se dan cuenta de que somos normales, no tenemos tres orejas, una antena o o color verde".

Envidiadas en el Instituto de San Isidro, sobre todo por sus compañeras que las acosaban y tildaban de "empollonas", las dos hermanas reconocen que dan miedo a los chicos.

"Una reciente investigación de EEUU revelaba que los hombres inteligentes son los primeros en casarse y las mujeres inteligentes se quedaban solteras. En el instituto y durante el Bachillerrato aún, pero ahora no se nos acercan los chicos. Parece que se cortan. De momento no tenemos novio. La historia ha ocupado el papel del novio y de todos los allegados", dice Laura.

Pero el futuro puede ser distinto. Las dos hermanas, que votan en las elecciones aunque no revelan sus inclinaciones, prevén dedicarse a la enseñanza en y a la investigación.

Las aficiones

Las licenciadas se confiesan amantes de la música pop y folk, y practicantes de la natación y el ciclismo, aunque "nunca entre semana". También les gusta el cine y el teatro; televisión, "La justa, nada de telebasura".

La aplicadas hijas que muchos padres desearían tener se quejan de que los suyos no valoran una matrícula más o menos. "Lo ven normal. El hecho de que mi madre sea maestra ha influido mucho en crearnos un hábito de estudio. Pero nunca hemos estudiado con el afán de sacar una matrícula más sino de aprender lo máximo", observa Laura.

Los profesores cuentan que al solicitar alguna beca de investigación han tenido que repetir las solicitudes, porque al ver las mismas notas y los mismos apellidos creen que se trata de una sola persona.