La edad es un factor determinante entre las 142.200 personas que cada año mueren o resultan heridas en las carreteras españolas. Un estudio del Instituto de Tráfico y Seguridad Vial y de la aseguradora Línea Directa reveló ayer que el 32,8% de los fallecidos tienen entre 18 y 30 años. El 42% de las víctimas de accidentes (lesionados o muertos) pertenecen también a esa franja de edad.

El informe ha radiografiado los más de 500.000 siniestros registrados en los últimos cuatro años por la Dirección General de Tráfico (DGT) teniendo en cuenta los tramos de edad de los implicados: adolescentes de 14 a 17 años, jóvenes de 18 a 30, adultos de 31 a 65 años y mayores de 65 años. El riesgo de accidente depende, en todos los casos, de las actitudes y conductas al volante inherentes a cada edad.

Los autores del estudio atribuyen la elevada siniestralidad de los jóvenes de 18 a 30 años a su corta experiencia al volante, el gusto por el riesgo y la sobrestimación de la propia capacidad de reacción. El tramo de edad más letal, según explicó Mar Garre, responsable de comunicación de Línea Directa, es el de 26 a 30 años, que representa el 36% de los jóvenes de 18 a 30 años fallecidos. La mayoría de los muertos, el 70%, son los conductores. Un tercio de las víctimas son mujeres, más en calidad de pasajeras (55%) que de conductoras (45%). Según el estudio, la gravedad del accidente es mayor en el caso de los hombres.

Los más jóvenes, de entre 18 y 21 años, se accidentan sobre todo los fines de semana y debido a estas infracciones, adelantamientos, invasión del carril contrario y exceso de velocidad.