Buenos Aires. -- Un feroz incendió que en cuestión de minutos ha devorado una discoteca de Buenos Aires ha dejado esta madrugada un saldo de 169 muertos y más de 375 heridos, en una de las mayores catástrofes de las últimas décadas en el país.

El incendio se habría iniciado cuando una parte del público, en su mayoría jóvenes, ha arrojado bengalas hacia el techo cerca de la medianoche en una discoteca del barrio del Once de Buenos Aires, mientras entre 4.000 y 6.000 personas disfrutaban de un recital de un grupo de rock, según ha dicho el alcalde de la ciudad Aníbal Ibarra.

"En un minuto se prendió fuego todo. Eramos un montón de gente tratando de salir", ha afirmado Ariel Monges, quien ha logrado sobrevivir a la tragedia pero tenía una prima de 16 años y un amigo fallecidos, mientras era atendido en el Hospital Rivadavia de Buenos Aires.

Una mujer que se encontraba dentro del local ha declarado a una radio local que el techo ya había sufrido un leve incendio el pasado 25 de diciembre y que este jueves el líder del grupo musical advirtió en varias ocasiones a la multitud que no arrojara bengalas por el peligro de que se prendiera fuego nuevamente.

También ha asegurado que en el momento del inicio del incendio en el piso superior había mujeres con sus bebés observando el espectáculo desde una galería.

En las fiestas de Fin de Año en Argentina es usual que se prendan bengalas, que se pueden comprar en puestos callejeros.

Salidas de emergencia

"Este lugar tenía una salida de emergencia contra incendios pero la información que tenemos es que estaba cerrada a tal punto que la tuvieron que abrir los bomberos", ha dicho Ibarra a una radio local.

El alcalde de la ciudad ha afirmado que la puerta de emergencia permanecía cerrada "para evitar que se metiera gente sin pagar, lo cual sería una gravísima irresponsabilidad".

"En la ciudad no recuerdo una situación de esta gravedad", ha dicho a la televisión local el secretario de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Alfredo Stern.

Un comerciante de la zona, que ha entrado en el local para rescatar heridos, ha dicho que es la tercera vez que la discoteca, de unos 1.500 metros cuadrados, se incendia, aunque ha asegurado que las anteriores no tomaron medidas de seguridad para evitar nuevos incendios.

"Si uno mira el local tiene la impresión de que desde lo teórico funciona muy bien (pero) desde lo práctico no porque de seis puertas funcionaban dos y las otras estaban atadas con alambre", ha dicho a periodistas el ministro de Interior Aníbal Fernández tras visitar el lugar. "Pareciera ser que estaban condenados a participar de una trampa".

Ayuda de los vecinos

Los vecinos de la zona han sido los primeros en comenzar a ayudar a las víctimas que yacían en las calles que rodean la discoteca, llamada República Cromagnon.

Las imágenes de televisión mostraban decenas de jóvenes gritando y retirando cuerpos de personas muertas o desmayadas desde el interior del establecimiento.

La zona se ha llenado de ambulancias y vehículos de bomberos, que retiraban los cuerpos y transportaban a los heridos a los hospitales con la colaboración de patrulleros.

En los más de 14 hospitales en los que se atendían a heridos, las escenas de llanto eran desgarradoras cada vez que llegaba una ambulancia con cadáveres o heridos y los presentes intentaban identificar a sus familiares.

"De repente se abrió el techo y empezaron a caer pedazos de goma incendiados. La gente se volvió loca", ha dicho Carlos, quien sin zapatos y sin su camiseta había llegado hasta otro hospital público en busca de una amiga desaparecida.