Al menos 19 personas murieron y unas 20 se encuentran desaparecidas a consecuencia de una explosión accidental en un edificio de apartamentos en el balneario de Yevpatoria, en la península de Crimea, según las autoridades ucranianas.

Equipos de socorristas trabajaron durante toda la jornada de ayer para levantar los escombros, rescatar a supervivientes y recoger los cadáveres, pero no lograron terminar a la luz del día estas labores, que prosiguieron durante la noche y, posiblemente, durante el día de hoy.

La explosión se produjo en la noche del miércoles y redujo a ruinas dos de los cinco portales de un edificio de apartamentos de cinco plantas situado en el número 67 de la calle Nekrásov de Yevpatoria, ubicada en la costa ucraniana del mar Negro.

El presidente de Ucrania, Víctor Yúschenko, quien acudió al lugar de la explosión junto a la primera ministra, Yulia Timoshenko, decretó hoy viernes día de luto nacional por las víctimas de la tragedia, la segunda más grave en el país en poco más de un año.

La explosión fue atribuida primero a una fuga de gas doméstico, pero el ministro de Emergencias, Vladímir Shandra, afirmó que, según datos preliminares, el accidente fue causado por el estallido de bombonas de oxígeno y acetileno que la administración del edificio había permitido guardar en el sótano. Vecinos del edificio afectado declararon a la prensa que habían exigido en numerosas ocasiones a la administración que retirara las bombonas del sótano, por el alto peligro que representaban.

Timoshenko confirmó esta hipótesis, pero indicó que "la respuesta definitiva sobre las causas del incidente la darán los expertos cuando lleguen al nivel del sótano y establezcan qué bombonas han explotado", según la agencia Unian.

El portavoz de la cartera de Emergencias, Igor Krol, informó de que los equipos de socorro rescataron con vida a 21 personas y encontraron 19 cadáveres, al cierre de esta edición, entre ellos los de dos niños.

DESAPARECIDOS Añadió que se desconoce la suerte de otra veintena de las 62 personas que estaban empadronadas en los 35 apartamentos destruidos por la explosión, del total de 95, aunque algunas podrían no vivir allí o no encontrarse en casa en el momento de la tragedia.

En el lugar de los hechos trabajaban anoche unos 300 socorristas de Emergencias y 150 efectivos militares y policías, apoyados por varias grúas, decenas de camiones y excavadoras, cinco camiones de bomberos y un docena de ambulancias.

Los vecinos de los edificios anexos fueron evacuados a un centro de salud de la ciudad y las autoridades estudian la posibilidad de concederles nuevas viviendas en caso de que el inmueble no pueda ser restaurado.