Al menos 65 personas murieron y varios centenares quedaron atrapadas entre los escombros de los edificios destruidos como consecuencia del terremoto que sacudió ayer la ciudad de Christchurch, la segunda más importante del país, situada al sur de Nueva Zelanda.

El seísmo, de 6,3 grados en la escala de Richter, sorprendió a los 400.000 habitantes, enfrascados al mediodía en sus quehaceres diarios. Las autoridades de la ciudad ya han alertado de que el número de víctimas mortales puede aumentar a medida que pasen las horas, pues hay cientos de personas entre los cascotes.

El primer ministro neozelandés, John Key, dijo poco después de sobrevolar la ciudad que "Christchurch es una zona de desastre total", al tiempo que señaló que era uno de los "días más oscuros" de la historia de Nueva Zelanda.

Los tenistas españoles que disputan el Mundial de Veteranos en Nueva Zelanda, algunos de ellos en la ciudad afectada, se encuentran a salvo, según informó ayer la Federación Española de Tenis. Tres equipos se encuentran alojados en casas de particulares. La Federación Española se puso ayer en contacto con el Consejo Superior de Deportes, con la Embajada Española en Nueva Zelanda, y con la Federación Internacional de Tenis para tomar las medidas oportunas.

Los jugadores que están en la ciudad de Christchurch son Begoña Eraña, Rosa Bielsa, Patricia Couder, Magda Gual, Joaquín Quino Muñoz, Roberto Menéndez, Carlos Castellanos, Oscar Martínez, Carlos Costa Bou, Miquel Puigdevall, Pablo Semprún y Carlos Homedes.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, envió ayer un telegrama a Key para trasladarle sus condolencias por las víctimas mortales del seísmo y ofrecerle la ayuda que pueda necesitar el país, a la vez que manifiesta, en nombre del Gobierno y de todos los españoles, "toda su solidaridad y afecto". "Sepa que estamos a su entera disposición para aportar, si lo considera necesario, la ayuda y la colaboración que considere oportunas", le transmite Zapatero a Key.

AL SERVICIO DEL GOBIERNO También la Unión Europea lamentó la tragedia y ofreció la asistencia de los 27 países miembro al Gobierno de Wellington para mitigar los efectos del segundo desastre natural que sufre el país en menos de un año.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, enviaron, a través de un comunicado, sus condolencias al primer ministro neozelandés, John Phillip Key.

"En nombre de la Unión Europea y sus ciudadanos, quiero hacer llegar el pésame a la gente de Nueva Zelanda", dijo Barroso.

El presidente del Ejecutivo comunitario apuntó que la Unión Europea "está preparada para ofrecer asistencia humanitaria a Nueva Zelanda y socorrer a las víctimas si así lo solicita el Gobierno". Barroso destacó la trágica coincidencia de que "en menos de un año dos desastres naturales hayan golpeado a Nueva Zelanda".

También Buzek destacó que "ha sido una terrible tragedia". El presidente del Parlamento Europeo reconoció el trabajo de los servicios de emergencia y expresó su apoyo "al pueblo y a las autoridades neozelandeses".