«Dicen que después de una pandemia siempre viene un baby boom, pero si en esta era va a depender de la reproducción asistida, no vendrán muchos bebés en camino», pronostica Helena Fernández, presidenta de Red Infértiles, asociación de pacientes con problemas reproductivos. Y es que debido a que en el estado de alarma se paralizaron los tratamientos y muchos aún no se han retomado, se han dejado de realizar 14.000 ciclos de reproducción asistida en España. Y en consecuencia, dentro de unos meses nacerán unos 4.000 niños menos en un país con problemas de natalidad, donde cada año vienen al mundo 33.000 bebés gracias a estas técnicas, es decir, uno de cada diez nacidos.

Estos son los cálculos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) y de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (Asebir), que agrupan a profesionales del sector y han puesto en marcha una campaña para devolver a las personas y parejas que quieren tener hijos la confianza de que ya pueden hacerlo con garantías de seguridad.

De hecho, el presidente de Asebir, el doctor Antoni Urribis, sostiene que «a día de hoy no hay ninguna evidencia científica que haga referencia a la afectación de los gametos [óvulos y espermatozoides] por el virus». «No se ha demostrado transmisión de la madre al hijo y, con la bibliografía de la que disponemos en este momento, nada nos indica un mayor riesgo de aborto», añade Urribis.

A su vez, el doctor Luis Martínez, presidente de la SEF, recomienda a las personas que se hayan planteado iniciar un tratamiento hacerlo ahora. «Actualmente nos encontramos en el momento de menor incidencia de la enfermedad, que no sabemos cómo evolucionará en el futuro. Lo que sí sabemos es que los centros ya han implementado las medidas de seguridad necesarias, tanto para los pacientes como para los profesionales que trabajan en ellos». Entre estas medidas se ha realizado el test a los profesionales, se han adoptado precauciones en laboratorio y se ha disminuido el tiempo de espera.

Pese a ello, el 44% de las mujeres que cancelaron sus tratamientos debido al estado de alarma aún no los han retomado; y ello por varias razones: la gran incertidumbre sobre qué va a pasar en el futuro con la enfermedad, los problemas económicos que han provocado el confinamiento y la demora en las listas de espera de la sanidad pública o en las pruebas diagnósticas, según una encuesta realizada por Red Infértiles entre sus asociados. Además, un 17% de las pacientes teme que el covid pueda impedir su maternidad, porque muchas saben que su tiempo se agota y la paralización de la fecundación in vitro y otras técnicas puede truncar su objetivo de ser madres.

Esperanza

Pone voz a estos temores María, una madrileña que lleva intentando ser mamá desde el 2015. Tras varios embarazos fallidos y una operación en el útero, comenzó a principios del 2020 a acumular óvulos con el objetivo de que sean biopsiados para ver si alguno contiene un embrión sano y evite la enfermedad genética que padecen ella y su pareja. Pero con el estado de alarma se paralizó la acumulación, lo que le provocó una sensación de «impotencia y tiempo perdido». Su tratamiento se ha reanudado en junio pero, aun así, siente «miedo» a que un rebrote paralice de nuevo el proceso.

Y es que demorar el momento de iniciar la reproducción asistida casi siempre implica una reducción de las posibilidades de éxito. En el caso de María, su problema no es la edad, puesto que tiene 35 años. Pero su reserva ovárica es pequeña, por lo que cada mes que pasa tiene menos posibilidades de quedarse embarazada. Y, como ella, miles de mujeres en España.