Ni siquiera los bebés se libran de la crueldad de las mafias que trafican con inmigrantes. Su creciente presencia en las pateras les hace víctimas de actos brutales, de los que empiezan a conocerse algunos casos.

"Yo había pagado el billete para subir a una patera cuando estaba embarazada, pero días antes de zarpar dí a luz", relató una joven nigeriana al semanario independiente marroquí Assahifa. "Cuando bajé a la playa con mi bebé para embarcar --explicó-- los mafiosos me dijeron que sólo había pagado un billete y que éramos dos personas, con lo que una debía quedarse en tierra. Protesté, pero ellos me arrebataron al niño y lo arrojaron al agua".

Un caso parecido a éste conmocionó a Italia en enero. Jean Leonard Tuadi, un periodista congoleño que trabaja en la RAI, recuerda cómo una joven de Eritrea perdió a su hijo recién nacido mientras intentaba llegar a Lampedusa. "La barca tenía una vía de agua y el piloto, al ver que se hundía, dijo que había que aligerar peso. Así que le arrancó el bebé de los brazos a la madre y lo arrojó al agua".