TTtenerlo todo y tenerlo ya. Esa es la frase que una empresa de telefonía móvil ha lanzado para captar clientes. Es perfecta para la sociedad de hoy cada vez más necesitada de conexión permanente, pero es algo más. Es siniestra. Un slogan que aprovecha la peor característica del universo en el que nos movemos: el ansia de posesión en el instante mismo en que nos estimulan el deseo. Muy listos los creadores del mensaje. Una idea fuerza. Tenerlo todo y tenerlo ya. Adolescentes con sofisticados móviles, motocicletas y dinero en los bolsillos. Luego, desean y obtienen coche y ordenador última generación. No quieren esperar y los padres se pliegan a sus deseos. Poco o nada se han ganado y todo lo consiguen. Viven una vida que no pueden pagarse, que sus padres, en el mejor de los casos, no consiguieron hasta la edad adulta y, en el peor, les asfixia, ahogados por hijos sanguijuelas. Tenerlo todo y tenerlo ya. La primera vez que la oí no me enteré de qué iba el anuncio, pero me asaltó la sensación de que era un mensaje salido del mundo imaginado por Orwell . Una orden hipnótica. No se permiten dilaciones, o te subes al tren o no habrá otras oportunidades, serás un perdedor. Y ahí están, chicos y chicas jóvenes seducidos por un mundo adulto que se les ofrece como prostitutas de lujo, todo un universo sofisticado que desean y no se pueden pagar. Y ahí están los padres, atrapados en una dinámica que no desean, queriendo escapar.

Conozco a padres que no pueden o no saben dominar la situación y conozco a otros que, a fuerza de decir no, lo han logrado. También conozco a hijos que no han caído en la pegajosa tela de araña, que han decidido no ser sanguijuelas, esperar su momento y no dejarse seducir por hipnóticos mensajes.