El Rainbow Warrior II, barco insignia de Greenpeace y uno de los principales emblemas de la organización ecologista, se prepara para comenzar una nueva vida después de 22 años de servicio en defensa del planeta. El viejo guerrero se retira para dar paso al nuevo buque que se está construyendo en Alemania y que a partir del próximo otoño hará ondear la flamante bandera del arcoiris. Aunque Greenpeace no sabe todavía a qué cometidos se dedicará la antigua embarcación, sí tiene claro que se merece un homenaje por todo lo alto antes de pasar a la reserva. Por eso ha abierto un apartado en su página web para pedir unas palabras de despedida a todos aquellos que hayan seguido las peripecias del barco durante las dos últimas décadas o se hayan sentido fascinados alguna vez por sus audaces batallas en defensa del medio ambiente. Una petición que se ha visto cumplida con creces, ya que en apenas un par de días casi medio millar de internautas han dejado una dedicatoria.

El atentado francés

Construido en 1957 para ser utilizado para la pesca de arrastre, el buque fue adquirido en 1989 por la organización ecologista para sustituir al Rainbow Warrior I, que fue hundido en 1985 por los servicios secretos franceses para impedir su participación en una campaña contra las pruebas nucleares en el Atolón de Mururoa (Pacífico Sur).

Muchos de los internautas que han participado en el homenaje on line al barco que está a punto de retirarse han evocado las campañas del buque en el Pacífico para evitar los ensayos atómicos franceses, sus trabajos para documentar los impactos del vertido del petrolero Exxon Valdez en Alaska o para denunciar las exportaciones de madera ilegal en el Congo.

También hay simpatizantes españoles que añoran las escalas que el viejo guerrero hizo en sus ciudades de origen: "Recuerdo cuando el Rainbow Warrior II estuvo en Bilbao hace 2 años. Los voluntarios estuvimos todo el fin de semana enseñando el barco a los cientos de personas que se acercaron a conocerlo. Fue un fin de semana increíble. Estoy deseando que nos visite el Rainbow Warriro III", escribe un bilbaíno que usa Pilig como nick.

Anae recuerda cuando el barco fue apresado en Valencia, por su participación en una campaña contra la entrada de madera procedente de talas ilegales. El tercer Rainbow Warrior, que se está construyendo en los astilleros Fassmer, tiene un presupuestos de 23 millones de euros y contará con avanzadas tecnologías.