Una otitis a la que siguió una intensa reacción alérgica contra los antibióticos que habían prescrito al bebé de Miquel Peralta y su mujer. Ese es el origen de la estrecha relación que mantiene con la homeopatía la familia de este profesor del conservatorio de Sant Cugat (Barcelona). «Antes de dárselo a la niña, primero probó mi esposa, a la que salieron unos hongos en el pie y no había manera de que se curara. Probó con homeopatía y en tres días habían desaparecido», destaca.

De eso hace ya 22 años, durante los que el músico ha confiado la salud de su hogar a una doctora homeópata. «Ya solo tomamos este tipo de medicación. Es cierto que no hemos tenido grandes problemas de salud, si bien hay que matizar eso de gravedad, porque se curan asmas, alergias, gripes, problemas de piel… Padres de compañeros de mi hija nos preguntaban qué tomaba ella para que un resfriado le durase la mitad de tiempo», destaca. Peralta habla de productos «eficaces, baratos, de unos seis u ocho euros, y muy apropiados para enfermedades crónicas», como la alergia que ha alejado de su vida durante los últimos cuatro años. «Mientras los compañeros apenas atenúan los síntomas con la carga química de los antihistamínicos», destaca.

«No estamos en contra de la medicina convencional, solo pedimos libertad de elección. Si tengo apendicitis, claro que iré a operarme al hospital. La medicina homeopática coincide casi al 100% con las herramientas de diagnóstico de la estándar: radiografías, análisis… Y la prescriben médicos colegiados», destaca Peralta.

Cuestión de rigor

Argumentaciones que no convencen a Antonia de Oñate, historiadora y portavoz de Alternativa racional a la Pseudociencia-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC). «No aguantan el menor filtro racional. Es un mero dogma de fe contra la evidencia científica. No creo que haya mala fe en los farmacéuticos y médicos que lo aconsejan, pero está claro que hay un cierto descuido intelectual, al comprobar la ausencia del rigor que sí preside la aprobación y comercialización de fármacos», argumenta De Oñate.

No obstante, lamenta que se pueda «frivolizar» con aspectos que afectan de pleno a la salud de las personas: «Hay gente que compara la dosis infinitesimal de la homeopatía con las dosis que llevan las vacunas de antígenos. Una confusión interesada que lleva a algún mal homeópata a afirmar la posibilidad de hacer vacunas contra la malaria siguiendo esa lógica totalmente absurda y peligrosa», destaca.

Dudas y dilemas a los que no deben enfrentarse los animales, quedando la elección en manos del dueño y del veterinario saltarse el protocolo habitual. Una de las profesionales que lo hace es Amparo Mompó, convencida de las bondades de esta terapia alternativa «tras comprobar durante años la buena evolución de los animales enfermos, volviendo a la normalidad o mejorando sustancialmente de sus alteraciones orgánicas». Mompó sostiene que las sustancias que administra están «avaladas científicamente». «Sé perfectamente cómo, cuándo y para qué utilizarlas», asevera.

La veterinaria arguye que trata a diario a cachorros, animales embarazados y ancianos, que por su situación no pueden ser tratados con medicación convencional, por lo que recurre «a tratamientos menos agresivos pero que demuestran su eficacia». Y apela a la imposibilidad del efecto placebo en un animal, «que no es consciente del tratamiento». «O funciona o no», zanja. El farmacéutico Roi Cal replica: «Está demostrado que bebés y animales tienen también efecto placebo. Responden positivamente al sentirse cuidados. Y a veces esa mejora es sobre todo una percepción subjetiva del adulto».

Desde la ARP-SAPC, De Oñate plantea un reto. «Nosotros demostramos la ineficacia de estos tratamientos con sobredosis homeopáticas, concentraciones en las que ingerimos decenas y decenas de esas bolitas sin que se produzca la menor reacción en el cuerpo. Tras tantos años, aún esperamos evidencias concluyentes que avalen la solvencia real de la homeopatía».