El Mercedes Cola 200 estaba debajo de un melocotonero, camuflado entre excrementos de pájaros, frutas fermentadas y hojas secas. Pero acertó a pasar por el lugar José Luis Bote Bazaga, lo descubrió y lo compró. José Luis es un cacereño enamorado de los coches de época. Su caso es típico entre los coleccionistas de vehículos clásicos: los descubren abandonados, los compran, los rehacen con esmero minucioso y convierten la chatarra en una obra de arte.

José Luis tiene, además del clásico Mercedes Cola, un Seat 850 Sport Coupé con cuatro faros delante y otros cuatro detrás, precursor de los GTI y conocido popularmente como El Fantasmón porque en los 60-70, siempre salía de él un presumido con las llaves girando en su mano.

José Luis entró en contacto con otros propietarios de coches antiguos y han formado la primera asociación de vehículos clásicos de Cáceres, fundada el pasado uno de julio y cuya primera excursión informal saldrá el próximo domingo a las 11 horas de la plaza Mayor de Cáceres. En Extremadura hay tres clubes de coches de época en Badajoz, otro en Trujillo y un club de Seat 600 en Cañaveral con unos 60 socios.

UN TRICICLO En Cáceres se matriculó, el 18 de noviembre de 1900, el primer automóvil de la península: un triciclo Clement . También fue aquí donde el abogado cacereño Fernando García Becerra se convertiría, el 18 de noviembre de 1904, en la primera víctima mortal de España en accidente de automóvil. Conducía un Renault de 10 caballos. En 1904 se matricula en Coria el primer taxi español. Y cuando Cáceres llevaba matriculados 10 coches, Madrid matriculaba el primero.

Esa tradición no tenía continuidad hasta que ha nacido esta primera asociación de vehículos clásicos que se presenta públicamente en EL PERIODICO EXTREMADURA. José Luis Bote calcula que en Cáceres hay un centenar de automóviles de época. Coleccionistas como Ramón Alvarez poseen 14 coches y 35 motos. La familia Paredes tiene unos 15 coches, incluido algún viejo taxi inglés.

La perla de la colección es un deportivo biplaza inglés MG, modelo TD de 1950. Su propietario es el profesor Juan Antonio Pulido. Lo compró en Estados Unidos, lo ha restaurado con mimo y hoy es una pieza única que pronto paseará por Cáceres junto a un Ford T, el primer Audi, la primera Vespa y, posiblemente, un espléndido Packard marfil y un viejo camión de riego municipal.