Asociaciones de mujeres y entidades que trabajan con prostitutas celebraron ayer la decisión de la dirección general de Juegos y Espectáculos de la Generalitat de eximir a los propietarios de burdeles de la obligación de someter a sus empleadas a chequeos médicos periódicos. La medida, vigente desde el 2002, "era discriminatoria", aseguran las afectadas.

Pero lo más importante es que el reglamento aprobado ayer "regula, en cierto modo, las condiciones laborales de las prostitutas, al exigir a los empresarios que habiliten para ellas espacios de descanso diferenciados de los de trabajo", dicen.