Todo México, un país de más de 100 millones de habitantes, amanecerá hoy sin clases. La gran capital, con las calles más vacías y los locales cerrados, volvió ayer al trabajo en metros y autobuses abarrotados. Pero solo la mitad de los pasajeros llevaba la mascarilla para protegerse del contagio de una recién descubierta gripe. El número de víctimas mortales sufrió un salto preocupante, hasta situarse en 149. El ministro de Salud, José Angel Córdova, afirmó: "Estamos en el momento más álgido de la epidemia".

Tras anunciar el cierre de todos los centros educativos del país, Córdova dijo que incluso "se está contemplado paralizar todas las actividades". Pero solo el alcalde, Marcelo Ebrard, se mostraba dispuesto a parar el metro. Este multiplicó ayer la distribución de mascarillas en las estaciones y anunció siete nuevos fallecidos en el Distrito Federal, donde han muerto 22 presuntos infectados. En los hospitales locales se detectaron 17 nuevos casos.

LABORATORIOS ESPECIFICOS El presidente del país, Felipe Calderón, aseguró que mañana "se estará en disposición de contar con laboratorios específicos capaces de identificar el virus". De los casi 2.000 pacientes ingresados en centros hospitalarios con neumonía grave, 777 seguían como sospechosos en 16 de los 32 estados federales.