"Si echas de menos a alguien querido, las lágrimas se convierten en un vano espejo que solo dejan reflejar lo que nuestros corazones no pueden decir a gritos".

Este es el sentimiento de quienes te recordamos, de las personas que has dejado atrás de una forma forzosa y que sufren por tu ausencia. ¿Cómo decirte adiós abuelita? Siempre con una palabra amable en la boca, preguntando por el bienestar de todos, cuidando de tu familia. La primera en levantarse por la mañana, la primera en llamar por teléfono,- la primera en todo y para todos. Incluso para la oveja más descarriada del rebaño tenías una mano que ofrecerle.

En tu hogar, hay un vacío oscuro que cubre todos los rincones: en tu lecho, tu sillón,- pero los recuerdos felices los llenan de luz. En los armarios, donde permanece tu ropa, tus pañuelos, reside un olor, un olor especial, un olor que era solo tuyo y aún en tu ausencia ese olor permanece. En las calles, en el mercado, en las reuniones de amigos y conocidos tu presencia siempre se encuentra viva. Como era tu fuerte carácter, tu cabezonería, tu dura personalidad, tan abarcadora que hay quienes se sienten solos sin ti. En especial un hombre amable y dulce que nunca te podrá olvidar, y siempre estarás presente para él. A una bella señora cuyo dolor la hace caminar en sombras, y mi corazón se rompe.

Cuando nos visitas en nuestros sueños nos haces repetir buenos momentos que solo se podían vivir contigo, que solo compartías con nosotros, con tu familia, tus hijos, tus nietas,... Todos tenemos dentro algo especial de ti. Algo que nadie nos puede quitar jamás, y son nuestros momentos, nuestros recuerdos.

Mi mayor dolor es que no nos permitieran conocernos más, o como a mí me hubiera gustado conocerte, pero nadie nos arrebatará lo mucho que nos hemos querido. Por eso uno de mis recuerdos más valiosos es tu grito de bienvenida cuando íbamos a tu casa, "ay hija mía rica" con tanta fuerza, tanta alegría y esa sonrisa nos hacías sentir especiales para ti.

Aunque no estés en cuerpo con nosotros, lo estás en alma. Siempre aparecerás dando uno de tus tranquilos paseos de siempre agarrando la mano de Luisito y velando por todos nosotros, como siempre has hecho.

Familia de

Isabel Cortés Barriga