La organización ecologista Greenpeace ha alertado este jueves del peligro potencial creciente que entraña la entrada en la cadena alimentaria humana de pequeñas porciones de plástico, los denominados microplásticos, a través del consumo de peces y mariscos que los han incorporado a su organismo en el mar. Diversos estudios científicos publicados en los últimos años y recopilados ahora en un informe por Greenpeace revelan la presencia de este material perjudicial para la salud humana hasta en 170 especies marinas, entre las que figuran los mejillones, las ostras, los atunes y la caballa.

Los microplásticos tienen un tamaño inferior a los cinco milímetros pero en algunos casos son microscópicos, es decir, invisibles al ojo humano. Pueden proceder tanto de la descomposición de envases u otros plásticos más grandes, como de unas microesferas que se utilizan en productos cosméticos, abrasivos industriales o detergentes para lavavajillas. En Estados Unidos las microesferas ya han sido prohibidas, mientras que otros países occidentales como el Reino Unido, Australia y Francia se lo están planteando, pero enEspaña ni siquiera se ha abierto el debate, según denuncia Greenpeace.

"Los océanos se están convirtiendo en el vertedero del plástico que inunda la sociedad actual. Unos 8 millones de toneladas de plástico entran en nuestros océanos cada año, y ya sea en forma de microesferas o de envases de plástico, la ciencia nos demuestra que se están incorporando a la cadena trófica. Es un bomba de relojería tóxica", ha alertado Elvira Jiménez, responsable de océanos de Greenpeace, que ha anunciado también la puesta en marcha de la campaña 'Mejor sin plásticos' que su organización llevará a cabo durante las dos próximas semanas.