La crisis del coronavirus sacude las cárceles extremeñas. El aislamiento que viven los centros penitenciarios, aún mayor desde que el gobierno central decretó el corte de todas las comunicaciones con el exterior, y el miedo al contagio se convierten en caldo de cultivo para agudizar las tensiones en los últimos días. Desde que inició la cuarentena las prisiones han protagonizado un repunte de los incidentes violentos. En Cáceres, el último se produjo este lunes cuando internos del módulo 3, en el que se encuentran los reclusos con más dificultad de adaptación, insultaron y arengaron al resto de internos para que se amotinaran. Días anteriores, dos enfrentamientos masivos, uno en el módulo de hombres y otro en el módulo de mujeres, concluyeron con más de una decena de internos en aislamiento. En el caso de Badajoz, los funcionarios frustraron un intento de fuga de un preso.

A esta situación de inquietud generalizada hay que añadirle la escasez de sustancias tóxicas para los internos con adicciones. Con las medidas del estado de alarma y la paralización de los permisos de salida y las interrupciones de las visitas presenciales, las vías de entrada de drogas no son factibles. «Al no entrar los familiares ni los amigos se reduce la entrada de drogas, ahora mismo no está entrando nada y lo que había se ha consumido ya, así que se producen ajustes de cuentas porque lo que queda se lo quieren tomar unos y porque la poca droga se ha disparado de precio, hace dos días una médico atendió a más de 30 internos con dolores de espaldas y concluyó que lo que tenían es síndrome de abstinencia», ponen de relieve a este diario fuentes del colectivo ‘Tu abandono nos puede matar’ formado por más de 4.200 funcionarios de prisiones. Alegan que gran parte de los hechos violentos se producen estas semanas por deudas y por la agresividad que genera el ‘mono’, en algunos casos agravados por las patologías psiquiátricas asociadas que padecen algunos reclusos. Detallan que cuando se les incauta la droga a la entrada de prisión se valora el tipo, la pureza y si tienen antecedentes. En ocasiones, las cantidades que introducen son para su propio consumo pero en otras se convierte en objeto de negocio para los internos. Ahora ese objeto de intercambio escasea y genera inquietud tanto para los que consumen como los que negocian.

Ante esta situación, los funcionarios de prisiones muestran «su preocupación» porque según anotan, en estas semanas hacen frente por un lado «al riesgo sanitario» y «los desórdenes que se producen las instalaciones. «Si ya de por sí estamos aislados, ahora más», sostienen.

«FALTA DE PERSONAL» // En esa línea aseguran que la crisis sanitaria ha dejado al descubierto «una serie de carencias» que llevan denunciando los sindicatos de prisiones y los colectivos desde hace meses a nivel nacional, tal y como es la falta de recursos y personal. Exponen que para casi un millar de reclusos, 600 en Badajoz y 400 en Cáceres, hay un porcentaje diario que no supera la veintena de trabajadores en los módulos. «Estamos entrando 18 funcionarios, somos poquísimos», declaran. De este modo, lamentan que la «calma tensa» que vivían hasta ahora y que se ha visto agitada por la crisis sanitaria. «Vamos resolviendo las cosas como podemos», manifiestan.

Por este motivo, y debido a la actual situación de conflictividad y la prolongación del estado de alarma, ‘Tu abandono nos puede matar’ ha enviado una petición al Ministerio del Interior que se dote a los funcionarios de prisiones de la condición de Agente de Autoridad. Actualmente esta figura de protección se aplica a los funcionarios públicos y en especial a las Fuerzas y cuerpos de seguridad y garantiza entre otros aspectos que, las denuncias que formulen en el ejercicio de las funciones tengan presunción de veracidad y que en el caso de recibir insultos o amenazas pueda dar cuenta del hecho al Juzgado correspondiente. Así, en la misiva defienden que se les mantenga esa condición hasta el cese del estado de alarma para «poder asumir la responsabilidad del puesto de trabajo con garantías debido a que en un espacio breve de tiempo no podrán acometer los cambios necesarios ni dotar de medios adecuados».

«Sabemos que no nos van a dar medios pero por lo menos que nos den el carácter de agente de autoridad para poder enfrentarnos a la situación con garantías», concluyen.