El patio central del Ayuntamiento de Mérida acoge una muestra en la que a través de expositores que recuerdan teatros de guiñol en miniatura, decenas de insectos parecen cobrar vida para mostrarnos su cualidades, que son el resultado de una evolución de millones de años que les ha permitido, a unos, a través de su morfología, camuflarse con la naturaleza, y a otros, con su anatomía, disuadir a sus enemigos naturales en la lucha por la supervivencia.

Los autores de esta exposición han agrupado las diferentes especies de insectos por temas que sugieren una relación con algo que se conoce. Por ejemplo, aquellos insectos que por su belleza semejan joyas, los que se mimetizan con las plantas, o los que tienen en común una circunstancia como el ser nocturnos o el presentar un aspecto estrafalario.

Así, se puede observar mariposas metalizadas, que producen destellos luminosos cuando vuelan; mariposas pájaro, porque tienen el tamaño de un ave; mariposas viajeras, capaces de cruzar océanos, o mariposas multicolores, que son verdaderos semáforos volantes.

Algunos de los escarabajos destacan por su tamaño, otros por su caparazón que les protege el cuerpo y uno en concreto, que destaca por su belleza y que sin embargo se dedica a reciclar los excrementos revolcándose por el estiércol.

Muchas de las especies de insectos están desapareciendo debido a la alteración de las condiciones medioambientales del planeta. Para contribuir a esta protección algunas especies raras sólo pueden capturarse con un carné que acredite sus fines científicos o didácticos.

La exposición está organizada y patrocinada por la Obra Social de Caja Madrid.