Plazas, parques, portales. Cualquier sitio es bueno para alguno de los cerca de 3.000 inmigrantes --según fuentes sindicales-- que desde principios de mes vagan por la provincia de Jaén que comience la temporada de recogida de la aceituna. Las lluvias tardías han retrasado la campaña hasta mediados de diciembre, pero los temporeros, muchos sin papeles, han llegado en las fechas de siempre.

La afluencia ha desbordado las previsiones de las administraciones, que a fecha de hoy sólo han dado respuesta a 250 personas. Asaja ha advertido además de que la situación será especialmente complicada, ya que se prevé que la temporada dure menos que en anteriores convocatorias y se necesite un 20% menos de mano de obra.

Los 18 albergues de la provincia de Jaén habilitados para la campaña abren pocos días antes del inicio oficial, por lo que los inmigrantes, llegados desde Africa y Europa del Este, siguen al raso y sin asistencia mientras esperan a que alguien los llame para trabajar. En cualquier caso, el gran problema es que muchos continuarán en la calle tras comenzar la recogida porque la oferta de camas no supera las 650 plazas.

El caso más llamativo, pese a no tratarse de municipio olivarero, ha sido el de Jaén capital. Un centenar de inmigrantes permaneció hasta el pasado viernes acampado a la puerta del albergue de La Vestida, hacinados con frío y durmiendo en colchonetas sobre el suelo, mientras se mantenían cerradas a cal y canto las instalaciones, con capacidad para 200 personas. Incluso fueron desalojados tras protagonizar algunos un altercado con los trabajadores del albergue.