Espectacular. Durante cuatro largos minutos la Luna tapó ayer el 90% de la superficie del sol y provocó una especie de atardecer en plena mañana que paralizó España. Miles de personas salieron a la calle para ver el primer eclipse solar anular de los últimos 240 años desde Pontevedra a Alicante, pasando en línea diagonal por Zamora, Madrid y Valencia. También se vio en Extremadura.

El fenómeno astronómico duró casi tres horas. A las once de la mañana alcanzó la fase máxima y sin duda la más fascinante, cuando la Luna sólo dejaba ver la corona del Sol. Miles de espectadores prorrumpieron en aplausos desde planetarios, observatorios, centros de investigación, plazas, aceras y terrazas.

CIELO GRISACEO El eclipse comenzó a las 9.40 horas. Muchos colegios pararon sus clases y en numerosas empresas pidieron permiso para dejar el trabajo y poder contemplar un espectáculo solar que no se repetirá en España hasta dentro de 23 años.

En Madrid el luminoso cielo perdió su claridad y adquirió un tono grisáceo. Pero, según los expertos cazadores de eclipses venidos de tierras tan lejanas como EEUU y Nueva Zelanda, no se produjo una sensación de crepúsculo en pleno día, como en el eclipse solar total que fue visible en Europa el 11 de agosto de 1999. Tras la fase aguda, el cielo resplandeció de nuevo.

El Real Jardín Botánico, el Planetario y los campus de las universidades Complutense y Autónoma fueron los principales lugares públicos desde donde unos 30.000 madrileños siguieron la mecánica celeste con telescopios, cámaras y a través de una gran pantalla.

En estos recintos se repartieron 16.000 gafas especiales gratuitas. Pero no hubo para todos. Las existencias se agotaron el domingo en la mayoría de ópticas y quioscos, donde se vendían a entre dos y cinco euros. "Es una pena que no se hayan distribuido 30 millones de gafas en España para que todo el mundo hubiera podido observarlo", lamentó Magdalena Moreno, del colegio de ópticos de Madrid.

En ciudades de Galicia, Castilla y León y Castilla-La Mancha, miles de personas contemplaron el eclipse, por propia iniciativa o convocados por diversas asociaciones de astronomía y ocio. En Alicante, la presencia de nubes obligó a astrónomos y aficionados a trasladar sus instrumentos a otras localidades.

Fuera de la franja privilegiada de observación, el eclipse fue seguido con similar expectación en la Casa de Ciencias de Logroño, el Planetario de Pamplona o el Observatorio de Calar Alto (Almería). También a través de infinidad de páginas en internet, con imágenes en directo y comentarios de expertos.

EN EXTREMADURA En el región, centros como el Ateneo de Badajoz celebró, en la plaza de San Atón, una observación guiada, un acto en el que han participado unos 100 pacenses, que lo han hecho con todas las garantías ópticas para no sufrir daños en su visión, informó a Efela responsable del Astronomía de la entidad, María Antonia Sánchez.