Decenas de miles de personas salieron ayer a las calles de París para protestar contra la reforma laboral del presidente francés, Emmanuel Macron y, en general, contra toda su política social, en una manifestación organizada por el líder de la izquierda radical francesa, Jean-Luc Mélenchon.La marcha, prevista entre la plaza de la Bastilla y la de la República, salió después de las 14.00 locales y contó con un discurso de Mélenchon.

Mélenchon se situó en cabeza del cortejo, junto a otros de los diputados de su formación, la Francia Insumisa, como se podía ver en la foto que colgó en su cuenta de Twitter, con el mensaje: «¡Resistencia!» y «bravo a todos los asalariados en lucha por nuestros derechos».

La proclama de esta jornada de protesta, que toma el relevo de las dos convocadas por varias organizaciones sindicales -y sobre todo la Confederación General del Trabajo (CGT)- el 12 y el 21 de septiembre, es «contra el golpe de Estado social».

Con ese mensaje, los convocantes quieren decir que Macron no tiene legitimidad para llevar a cabo -aunque figuraba en su programa- la flexibilización del mercado laboral que firmó ayer, en la medida en que su victoria electoral en mayo se debió en parte a votantes de izquierda que le apoyaron para evitar la victoria de la ultraderechista Marine Le Pen.

También se oponen a otras medidas, como la reducción de las ayudas a la vivienda o la entrada en vigor del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá (CETA).

Más allá de la propia Francia Insumisa, habían anunciado que iban a estar en la manifestación algunos responsables políticos, como el que fue candidato socialista a las presidenciales, Benoît Hamon, o cuadros directivos del Partido Comunista Francés (PCF).

Una ausencia notable fue la del secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martínez, que había estado al frente de las dos jornadas de protestas sindicales.

El reto para Mélenchon es conseguir una movilización de una amplitud similar a la que obtuvo el 18 de marzo durante la campaña para las presidenciales (entonces los organizadores hablaron de más de 100.000 participantes) para mantener la llama de la contestación en la calle y poder presentarse como el líder de la oposición al Gobierno de Macron. Las protestas contra la reforma laboral, que a partir de ayer entró en vigor, se prevé que continúen a partir del mañana con una huelga de algunos sindicatos de camioneros.