Apenas faltan doce días para que comience en Madrid la cumbre del Clima (COP25) pero el Gobierno quiso ayer escenificar su preocupación por la emergencia climática y evidenciar que ésta incumbe a la salud, a la seguridad, a la educación, al empleo y a todos los sectores económicos.

«No es razonable que Madrid sea una de las capitales europeas donde no haya una zona de bajas emisiones ». Con estas palabras descalificó ayer la ministra en funciones de Transición Ecológica, Teresa Ribera, la intención del alcalde la capital, José Luis Martínez-Almeida, de recortar las restricciones de Madrid Central, la zona creada por su antecesora, Manuela Carmena. «Este es un tema sobre el que he tenido ocasión de hablar, de protestar pública y privadamente con el alcalde. Confío en que la actual corporación municipal se dé cuenta, más pronto que tarde, que actúe y construya sobre lo que ya existe en lugar de deshacer lo que existe. Aunque solo sea para cumplir la ley y evitar la multa de la Unión Europea», apuntó Ribera.

La también presidenta del Comité Organizador de la Cumbre del Clima COP 25 respondía así a una pregunta sobre la posible contradicción entre las medidas medioambientales regresivas de Madrid y el hecho de acoger este evento mundial. Ribera participaba en el Foro Líderes de Efe.

La cumbre atraerá a unas 25.000 personas, y requerirá desembolsos de sesenta millones, pero con retornos que rondarán los cien. Unas horas más tarde, muy lejos de Madrid, en Zagreb, Pablo Casado, el líder del PP, se descolgó con una enigmática declaración. En el congreso de los conservadores europeos instó a no aceptar lecciones de la izquierda frente al cambio climático y abogado en este terreno por un «adaptacionismo», expresión cuyo significado quizás ignora.

corriente minoritaria /Según científicos consultados, es una corriente muy minoritaria según la cual el colapso climático es inevitable y transformará nuestro sistema. No podremos hacer nada, más que adaptarnos.

Un portavoz del PP aseguró que su presidente, Pablo Casado se refiere a que «las medidas para adaptar el cambio climático se hagan con las personas y con las empresas. Y no contra las personas y contra las empresas», informa Pilar Santos.