El ministro de Justicia de Argentina, Horacio Rosatti, declaró ayer que el rechazo de España a la entrada, la semana pasada, de tres ciudadanos argentinos que aseguraban ser turistas "constituye una especie de racismo".

Rosatti defendió con estas declaraciones a Diario Popular a tres compatriotas suyos que aseguran haber sido expulsados de España en el aeropuerto de Barcelona de forma "arbitraria y humillante". El ministro añadió que pedirá a la Cancillería argentina que investigue cómo sucedieron los hechos.

La versión de los tres ciudadanos argentinos, una mujer acompañada de dos menores de edad, difiere de la de la policía española. Los argentinos denunciaron haber sido tratados "como delincuentes" por la policía del El Prat antes de ser enviados de vuelta a su país.

Fuentes policiales explicaron que la mujer dijo que iban a la boda de su hija, residente en Barcelona, pero que no cumplían los requisitos necesarios para entrar, ya que no disponían de la cantidad mínima de dinero, ni de una reserva de hotel, ni de una invitación de un ciudadano español o residente. La hija, según la misma fuente, reside de forma ilegal en España.