El ministro italiano para la Simplificación Legislativa, Roberto Calderoli, apuesta por la castración quirúrgica de los violadores de menores, según afirma en una entrevista que publicó ayer diario turinés La Stampa . "Quizá sin llegar a la pena de muerte, pero a veces me planteo que quizá la castración química sea insuficiente", añade Calderoli.

"Cuando la víctima de la violencia es una niña de 14 años, creo que la castración química es poco. Cuando uno llega a violar a un niño, quizá no queda otra cosa que la castración quirúrgica. Ante ciertos casos no consigo pensar en la rehabilitación. La sociedad debe defenderse", asegura.

Estas declaraciones llegan después de un fin de semana en el que Italia ha vivido pendiente de tres nuevos asaltos sexuales, que se suman a la ya numerosa lista que se ha producido en las últimas semanas y que ha dejado en el país una creciente alarma ante el fenómeno de las violaciones en grupo. En los últimos dos días se pudo conocer que dos chicas de unos quince años habían sido violadas en las ciudades de Bolonia y Roma, tras lo que llegó la denuncia de una estudiante boliviana de 21 años en Milán que aseguraba haber sido agredida sexualmente el sábado por un hombre que describió como "norteafricano".

Al fenómeno de las violaciones se suma la creciente preocupación por el incremento del racismo en el país, después de que el caso de la violación de Guidonia, próxima a Roma, conmocionara a Italia y llevara a algunos vecinos de la localidad a intentar linchar a los supuestos autores de la agresión, de nacionalidad rumana.

Muestra de ello es también la reacción que se vivió el domingo en Roma, donde, a pocos metros del lugar en el que se produjo la violación de la adolescente cuyo caso se conoció este fin de semana, un grupo de encapuchados entró en un restaurante de comida turca y agredió a cuatro hombres rumanos. Calderoli pide que se cierren las fronteras a los trabajadores de los nuevos miembros de la Unión Europea o extra-comunitarios.