De unos completos desconocidos para el común de los mortales, los flaps se han convertido de la noche a la mañana en el principal foco de atención de los pasajeros que vuelan con Spanair. Ayer fueron, por lo menos, los protagonistas de las conversaciones de los viajeros que a primera hora de la mañana volaron de Barcelona a Madrid, y después, en el mismo MD-82 y con la misma tripulación, hasta Las Palmas de Gran Canaria tras un silencioso despegue por la pista 36-L de la terminal 4 de Barajas, el escenario de la tragedia del 20-A.

Antes de partir, muchos pasajeros aplastaron la nariz contra la ventanilla para comprobar en directo las oscilaciones de los flaps , las aletas traseras de las alas, y de los slats , situados en la parte delantera. El comandante los movió repetidamente y con insistencia para certificar su buen funcionamiento durante los metros que el avión rodó por la terminal de El Prat antes de llegar a la pista. Unas maniobras que, apenas dos horas después, la misma tripulación, a los mandos del mismo avión, realizó de nuevo antes de despegar del aeropuerto de Barajas.

Gran silencio

El vuelo JK-489 de Spanair despegó de Barcelona a las 7.40 horas. No iba lleno. El llanto dulce del único bebé a bordo amenizó las primeras palabras de la sobrecargo dando la bienvenida al MD-82. "Mira, mira, eso que se levanta ahora son los flaps". La observación la realizó un pasajero de una fila posterior a la 29, cercano al ala derecha del avión y que, como el resto, no perdió detalle del aleteo de flaps y slats .

Ya rodaba el aparato por la pista, con esa potencia que produce cosquillitas desde debajo del asiento, cuando alguien añadió sin alzar la voz: "Mientras el piloto no se olvide de activarlos..." Nadie respondió porque el avión, tras una breve carrera por el asfalto, tomó altura en mitad de un gran silencio. Los que tenían el aire atrapado en el cuerpo a la espera de soltarlo mientras el avión empezaba a subir lo liberaron y empezaron a respirar.

Spanair no reparte diarios entre los pasajeros que no viajan en primera clase, pero en algunas filas, dentro de aquel avión que atravesaba nubes a muchísimos metros de altura, muchos pasajeros se detuvieron en la página de EL PERIODICO que ayer revelaba que la tripulación del JK-5022 no activó los flaps . Lo ejemplares que subieron al MD-

82 volaron de mano en mano.

Posible error humano

La información sobre el posible error humano parte de la misma comisión de técnicos que en su primer informe preliminar advirtió de que Spanair había desoído una recomendación de Boeing instando a las compañías a chequear los aviones al inicio de cada vuelo, con independencia de que se repita la tripulación.

Desde la fila 20 era imposible saber si los pilotos chequearon el sistema de alarmas que avisa cuando la configuración del despegue, el TOWS en la jerga aeronáutica, no es la correcta.

En muchos vuelos, los pasajeros, sobre todo en los largos trayectos, aplauden al comandante tras un buen aterrizaje. Ha pasado casi un mes desde aquel fatídico 20 de agosto en el que murieron 154 personas, pero nadie aplaude a los pilotos de Spanair. Y eso que los pilotos y la compañía toman ahora tantas precauciones que la denostada aerolínea debe de ser ahora una de las más seguras del mundo.