No era poca cosa el satélite espía a la deriva. Lanzado al espacio el pasado 14 de diciembre del 2006, la naturaleza exacta de su misión es información clasificada dado su carácter militar, lo que ha contribuido a las suspicacias de algunos países a su destrucción.

Pesaba 2.300 kilos y tenía el tamaño de un miniautobús.

No es inusual que los satélites caigan a la Tierra. Lo que, según declaraciones del Pentágono, diferenciaba a este de otros casos similares es la hidracina. Normalmente, los satélites que caen tienen el tanque vacío.