A Eduardo Vicario, un cacereño que suma más de tres décadas --prefiere mantener la incógnita sobre su edad--, le va la aventura. Hace unos años descubrió una manera diferente de viajar y se ha enganchado a ella: los desplazamientos en bicicleta. Se inició realizando el Camino de Santiago, como muchos otros, y se enamoró de esta forma de conocer el mundo. Desde entonces ha viajado así por Marruecos, ha recorrido a pedales el trayecto entre Barcelona y Atenas por Italia y desde el viernes está embarcado en su última aventura: la vuelta a Cuba en bicicleta.

La ciclo-aventura , como él lo denomina, le ha supuesto, asegura, una "pequeña-gran revolución en mi manera de entender el mundo, a sus gentes y cultura". Eduardo explica que "la proximidad que este medio de transporte te ofrece hace que tengas un mayor conocimiento de la realidad social en la que te mueves y, así, puedas comprender la cultura autóctona desde sus contradicciones eliminando cualquier prejuicio". Su filosofía de viaje es la de estar permanentemente en contacto con la naturaleza. "La mejor manera de afrontar este tipo de aventuras es la improvisación, pues esta es la antesala de una libertad de movimientos y de acción mayor, más completa e infinitamente más genuina que otros rígidos planes de viaje", dice Eduardo.

57 días en Cuba

Desde el viernes, Eduardo recorre las carreteras y caminos de Cuba con su bicicleta, donde estará hasta el 15 de abril. Con esta ciclo-aventura por el país caribeño pretende un "acercamiento a la realidad política, social y cultural de pueblo cubano. Creo que viajar en bicicleta --añade-- me va a permitir obtener esa visión panorámica de la realidad cubana en una dimensión más completa y enriquecedora".

Eduardo, licenciado en Humanidades, diplomado en Empresariales y trabajador eventual de Correos, reconoce que no sabe qué se va a encontrar en Cuba. "Estoy seguro de que la convivencia y mi aprendizaje de las relaciones sociales en Cuba pueden resultar toda una aventura. Es eso mismo lo que me propongo buscar", recalca.

Aunque la preparación para este tipo de viajes "es mínima", Eduardo lleva todo un año pensando en este viaje, el tiempo que ha necesitado para reunir el dinero necesario para hacerlo. Aunque por primera vez en sus viajes cuenta con patrocinadores, pues marcas como Bicicletas MSC, Bikezonatv, Mammoth, Calmera y Karakol le han entregado el material, que al finalizar la aventura Eduardo donará a alguna asociación deportiva local.

Ahora tiene por delante 57 días de aventura, donde espera terminar cada dura jornada sobre la bicicleta con una "cálida puesta de sol y un inmenso cielo estrellado para dormir".