En noviembre del 2004, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales pidió a Justicia que reformara el artículo 154 del Código Civil, que otorga a los padres la potestad de "corregir razonable y moderadamente a los hijos". Han tenido que pasar más de dos años para que la sugerencia se convierta en realidad.

El hasta ayer ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, anunció que se "modificará" el artículo para quitar toda sombra de dudas acerca de si los padres están legitimados para dar azotes en el culo o bofetadas a sus hijos. El 60% de los españoles justifica esta conducta como método educativo, según una encuesta del 2005.

Fuentes del departamento de López Aguilar afirmaron que todavía se desconoce la redacción final del texto, que entrará en vigor dentro de varios meses. La frase podrá ser suprimida del todo o bien reformada para que quede bien claro que los padres pueden "corregir" la conducta de sus hijos siempre que no se dañe la integridad del menor.

La modificación está incluida en el articulado de la ley de adopción internacional, un texto que ayer fue estudiado y que recuerda que padres y tutores están obligados a "respetar la integridad física y psicológica" de los hijos. "Ni la patria potestad ni la tutela --dice el texto-- pueden justificar que se les inflijan malos tratos de ningún tipo".

PENA DE CARCEL López Aguilar recordó que el objetivo del Gobierno es "preservar" los derechos de los menores. El exministro, sin embargo, recordó que los críos no están abandonados a su suerte ya que el Código Penal castiga con condenas de entre dos y cinco años de cárcel "a quien lesione a un menor o menoscabe su integridad corporal o su salud física y mental".

También añadió que el cambio normativo es una exigencia de oenegés de infancia, como Save The Children, que lleva años batallando porque el Gobierno modifique el artículo 154 del Código Civil, que regula las relaciones paternofiliales. Según Save The Children, aunque los cachetes están "aceptados" en casi todos los países, comienzan a ser cuestionados. Sin embargo, aún se está lejos de que un cachete a un hijo sea tan incomprensible como ahora lo es que un maestro pegue a un niño.

AGUANTAR Y NEGOCIAR Esta oenegé en defensa de los críos inició en diciembre del 2005 la campaña Corregir no es pegar junto a Trabajo y Asuntos Sociales. Tenía dos objetivos: erradicar de los hogares el castigo físico a los niños y concienciar a los padres de que dar cachetes es todo lo contrario de educar. Save The Children ha repetido por activa y por pasiva que, ante la rabieta de un crío, la receta es "razonar, aguantar y negociar".

Save The Children no ha sido la única organización en reclamar el cambio normativo. El exdefensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades, y el Consejo de Europa han instando al Ejecutivo en numerosas ocasiones a que emprenda la reforma.