TLtes contaba el otro día la historia del hostal Eloy de Baños de Montemayor y uno de los nietos de su fundador, que fue cocinero jefe del hotel Extremadura, me ha hecho notar mi equivocación al llamar Jesús al creador del hostal en lugar de Eloy, su verdadero y lógico nombre. Pero hoy quiero hablarles de Manuel, uno de los nietos de Eloy, a quien en su pueblo apodaban Manolo Batutas. Sus hazañas y aventuras son muy populares en el norte de la provincia y quiero referirles una muy singular, acaecida hace una veintena de años, que comenzó en la cafetería Goya de Plasencia.

Resulta que a su lado, en la barra, varios cosecheros de cerezas del valle del Jerte se quejaban de los altos precios de los jornales. A Manuel no se le ocurrió mejor idea que comentar en voz alta: "Pues yo no tengo problemas. Me he agenciado un grupo de monos amaestrados y un orangután que hace las veces de capataz. Los chimpancés se suben a los árboles, recogen las cerezas y las echan en las cajas y el gorilón se las lleva al camión". La cosa quedó ahí hasta que unos días después apareció por el hostal Eloy un cosechero del Jerte que hizo a don Manuel una oferta tentadora: pretendía contratar su rebaño de monos recolectores. El hostelero guasón no aclaró el enredo, sino que lo complicó más al asegurar que los tenía enjaulados porque los de Comisiones Obreras se los querían quitar. El cosechero se fue desilusionado, Manolo Batutas se quedó tan pancho y en los mentideros de Plasencia y su comarca aún se recuerda la broma con rechufla y pitorreo.