LOS TERMOMETROS de la capital rusa, sumergida en una intensa ola de calor como el resto del país, ascendieron ayer hasta los 36,7 grados, la temperatura más alta registrada en un mes de julio en Rusia desde 1936. Este mes la ciudad ha superado en tres ocasiones los 35 grados. La máxima absoluta (36,8) se logró en 1920.