Un agente de los Mossos d'Esquadra adscrito a labores de vigilancia en la cárcel Modelo de Barcelona ha salvado la vida de un bebé al que le practicó varias maniobras de reanimación porque no respiraba tras nacer en plena calle.

Según han informado hoy los Mossos d'Esquadra, los hechos ocurrieron el pasado sábado, 31 de agosto, hacia las 15.00 horas, en la calle Entença de Barcelona, frente a la puerta principal de la cárcel Modelo.

En declaraciones a Efe, el agente Francesc López, que fue el que intervino para ayudar al bebé, ha explicado que se encontraba dentro de la prisión, cuando una compañera que estaba en un punto de vigilancia elevado dio el aviso de que había en la calle un grupo de personas intentando ayudar a una mujer tendida en el suelo.

Mientras el cabo avisaba a los servicios de emergencia médica para que acudieran al lugar, el agente López salió a la calle, tras superar los controles de vigilancia, y se acercó a la zona, sin saber exactamente lo que había ocurrido.

Una vez pudo superar el círculo de personas que rodeaban a la mujer, vio que tenía a una niña recién nacida entre las manos, ya que el parto se acababa de producir, de forma muy rápida.

El agente comprobó entonces que la recién nacida estaba muy morada y no respiraba, por lo que la cogió con las manos, la puso boca abajo y le dio algunos golpecitos suaves en la espalda.

"Después de unos segundos que se hicieron eternos, la niña rompió a llorar", ha explicado hoy el agente, que tras esta primera técnica de reanimación devolvió a la niña -que aún tenía el cordón umbilical sin cortar-, a la madre, que permanecía tumbada en el suelo.

La niña empezó a recuperar el color rosado, aunque el agente se percató que algo no iba bien, porque el bebé dejó llorar y de respirar, y volvió a adquirir un tono morado, por lo que de nuevo la cogió y le hizo un suave masaje torácico.

Además, se cercioró de que el bebé no tuviera ninguna obstrucción en la boca, como líquido amniótico o mucosidades, que la evitaran respirar con normalidad.

Tras el masaje torácico, el bebé volvió a respirar, por lo que el agente depositó a la niña de nuevo sobre el vientre de la madre, de 36 años, donde la siguió estimulando y controlándole hasta que llegaron las asistencias médicas.

Con la llegada de las asistencias médicas, la mujer y su bebé fueron trasladadas a un centro hospitalario, donde recuperaron el buen estado de salud.

El agente, de 42 años, ha explicado que no pensó nunca que se encontraría en una situación parecida, pero que pudo actuar sin ponerse nervioso gracias a los consejos básicos que aprendió en la academia de policía y a la información que recibió sobre cómo actuar en este tipo de situaciones cuando su hermana quedó embarazada.