La Generalita de Catalunya reconoció ayer, por primera vez en voz alta, que existe un grave problema de masificación en las cárceles catalanas y que es urgente un plan de choque que dignifique la vida de los internos y mejore el trabajo de los funcionarios. Las declaraciones se realizaron justo 24 horas después de un violento motín en la prisión de Quatre Camins, en la Roca del Valles, durante el que el subdirector del centro resultó herido de gravedad y un funcionario fue golpeado y secuestrado durante cerca de cuatro horas.

POLEMICA Durante todo el día de ayer, casi la totalidad de formaciones políticas catalanas participaron con declaraciones cruzadas en el debate abierto sobre qué está pasando en las cárceles para que un incidente entre un funcionario y un preso degenere en un violento motín que pudo ser aplacado mediante un diálogo de casi dos horas que protagonizó, sobre todo, un funcionario responsable del módulo 1, de nombre Eugenio.

La cárcel de Quatre Camins, en la Roca del Vallés, amaneció ayer tranquila, según explicaron fuentes del centro. La primera medida adoptada por la dirección fue dispersar en otras cárceles catalanas a la treintena de reclusos que capitanearon la revuelta. Fuentes de los funcionarios aseguraron que el día transcurrió con absoluta normalidad tanto en el módulo 1 como en el resto del centro, que cuenta desde el viernes por la tarde con un dispositivo especial de control de los Mossos d´Esquadra.

La Generalitat ha convocado para la semana próxima una reunión extraordinaria con los dos sindicatos mayoritarios de funcionarios de prisiones, UGT y CCOO. Los responsables de Justícia esperan consensuar con los trabajadores el plan de choque de medidas urgentes que debe restablecer la tranquilidad en los centros y diseñar un plan sobre el futuro de los centros.

"El tema no se soluciona en dos días. Faltan centros, éstos deben ser más pequeños y es imposible gestionar un módulo complicado con 222 internos con sólo tres funcionarios de prisiones, como se demostró la tarde del motín", apuntó Josep Maria Boira, responsable de CCOO.

En la misma línea, Miquel Pueyo, de UGT, insistió en que ni los funcionarios ni las prisiones están preparadas para asumir un código penal que no premia a los reclusos y que los obliga a cumplir condenas eternas sin ningún tipo de alicientes. Un solo ejemplo: buena parte de los cabecillas del motín del viernes ya participaron en el motín que se vivió en Quatre Camins hace dos años. "Estos altercados les salen gratis. No tienen nada que perder", añadió Pueyo.