Aprender un idioma, adelgazar o apuntarse al gimnasio son tres de las metas que cada año nos fijamos en enero. Sin embargo, la motivación no siempre se mantiene estable, ni siquiera el primer mes. Conlleva un esfuerzo, salir de nuestra rutina habitual y encajar algo que sabemos que va a acompañarnos durante años. Por eso, es fácil que se acumulen las excusas y creamos no tener energía o tiempo.

Aumentar la motivación en el gimnasio no es solo cuestión de tener esa meta y querer cumplirla. Nos influyen muchos factores internos y externos que determinan el éxito que tendremos a la hora de ponernos en forma.

MOTIVACIÓN AL CAMBIO

Entender y saber cómo gestionar nuestra motivación conlleva tener en cuenta el conjunto íntegro de nuestra vida, todos aquellos factores que nos empujan o que nos atan en la inactividad. Por un lado, lo determina todo factor externo: la disponibilidad que tenemos para hacer ejercicio, el acceso a un gimnasio o alguna lesión. Y, por otro lado, el factor interno, todo aquello que es cuestión de actitud y esquemas mentales: aparece la necesidad de superación, la apatía o la pereza. Todos esos factores se entrelazan y acaban haciendo que alcancemos o no las metas propuestas.

Cuando una persona tiene motivación al cambio, tiene que tener en cuenta que, por mucha voluntad que haya, habrá obstáculos que superar. La motivación es en sí un factor determinante y un propulsor necesario. Es lo que nos inicia a hacer algo, pero lo que necesitamos para alcanzarlo. Por tanto, se encuentra desde la fase cero de una meta hasta que lo acabamos.

MOTIVACIÓN EN EL DEPORTE

La motivación al cambio nos empuja a salir de la zona donde nos encontrábamos y movernos a la nueva meta: apuntarnos al gimnasio y ponernos en forma. Con una mejor actitud y perseverancia estableceremos planes de entrenamiento, marcaremos días para ir al gimnasio y, aunque haya altibajos, cumpliremos con nosotros mismos y ganaremos en salud física y mental.

A través de las siguientes estrategias, podrás mantener la motivación necesaria para ir al gimnasio y cumplir tu propósito:

1. La meta

Debemos establecer cuál es la meta que queremos lograr. Ir al gimnasio o hacer deporte no son metas bien definidas. Las metas deben medirse, evaluarse y concretarse. ¿Cuántos días de forma real quieres ir? ¿Quieres perder también unos kilos? Define de forma clara el objetivo.

2. Sé realista

Queremos que los cambios sean rápidos y lograr los objetivos en la menor brevedad de tiempo posible. Fallamos a la hora de establecer tiempos y de marcar las dimensiones de los objetivos. Escoge bien qué quieres en función de cómo lo puedes adaptar a tu vida normal. No es bueno definir ir los siete días a la semana. Hay que empezar por menos y cambiar de forma progresiva.

3. Mismo horario

De la misma forma que seguimos pautas con el trabajo o con las comidas, debes hacerlo con el deporte. Hará que se integre mejor en tu vida y sea pronto parte de ti. Mismos días para entrenar y mismos horarios.

4. Cambia con frecuencia el plan

Debes marcar un plan de entrenamiento, el cual debes ir cambiando con frecuencia. Esto te obliga a estar actualizado respecto a diferentes formas de ejercicios y a leer sobre el tema. Generar interés genera motivación.

La vida sana es una prioridad para muchas personas. Sin embargo, no siempre logramos ser constantes y estar largas temporadas haciendo ejercicio físico. Por eso, cuando cambiamos de año, siempre vuelve a estar entre nuestros propósitos. Encontrando la motivación necesaria, el deporte será ya algo de nuestra vida.