´JOHNNY ENGLISH´

DIRECTOR: Peter Howitt. INTERPRETES : Rowan Atkinson. SALAS: Cáceres, Plasencia, Badajoz, Mérida, Almendralejo y Zafra.

Johnny English no depara sorpresas. El personaje que encarna Rowan Atkinson es una mezcla entre Mr. Bean y James Bond. La parodia es distinta a la emprendida en la serie de Austin Powers, de un humor que no escatima los momentos escatológicos --el protagonista entrando en la mansión del villano de turno a través del desagüe de los retretes, después de que no menos de 10 hombres tiren de la cadena del water-- ni las filigranas gestuales de Mr. Bean.

La trama, por lo tanto, es lo de menos. John Malkovich, en uno de esos papeles de haz tus escenas, cobra el cheque y corre, encarna al prototipo de villano cuya megalomanía no la supera ninguno de los enemigos con los que se ha cruzado el agente 007: es un multimillonario francés que traza un maquiavélico plan para coronarse rey de Inglaterra.

No cuenta con Johnny English, el único agente que le queda al servicio de inteligencia británico después de que el atentado en un funeral acabe con todos los demás. English tiene su particular chica Bond, Natalie Imbruglia, y un ayudante bastante más espabilado que él, pero le falta el experto Q.

La película es sintética. Atkinson sabe hasta dónde puede estirar la cuerda y monta todo el relato en función de pequeños y numerosos gags fruto de su comicidad característica: sus poses frente al espejo del baño y sus jueguecitos con patitos de goma, por ejemplo.

Como parodia, Johnny English es una película ciertamente light. No hay mala uva en la visión cómica del tradicional agente secreto. El filme no deja de ser una prolongación de la serie Mr. Bean.