Un hombre de 21 años murió ayer en Jimena de la Frontera (Cádiz) tras recibir un disparo, al parecer fortuito, de un agente de la Guardia Civil que se encontraba manipulando la pistola reglamentaria cuando participaba en un dispositivo de vigilancia cerca de este municipio.

Según informó en un comunicado la Subdelegación del Gobierno en Cádiz, los hechos ocurrieron poco después de las tres de la tarde cuando el agente se encontraba realizando "un servicio de apostadero" en el kilómetro 23 de la A-405 (que une Algeciras y Jimena) y a una distancia de unos quince metros de dicha carretera, por la que pasó una furgoneta en la que la víctima iba como copiloto y que murió al instante.

El fallecido, de 21 años y del que al cierre de esta edición aún no se había facilitado su identidad, se encontraba acompañado en el interior del vehículo por el conductor y por una tercera persona, que viajaba entre ambos.

Los hechos fueron puestos en conocimiento del titular del Juzgado de Instrucción número 1 de San Roque, que procedió al levantamiento del cadáver, mientras que por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil se instruyen las diligencias.

En este sentido, los investigadores de la Guardia Civil están a la espera de que las pruebas balísticas y la autopsia del joven fallecido corroboren los primeros datos, que apuntan a un accidente.

Según dijeron a Efe fuentes de la Guardia Civil, además del interrogatorio del agente, se tomará declaración a su compañero, así como al conductor del vehículo alcanzado por el disparo y a otros posibles testigos.