El escritor extremeño Carlos Lencero murió el pasado lunes en Badajoz a los 54 años. Narrador, letrista de flamenco, poeta, biógrafo de Camarón de la Isla, vivió gran parte de su vida en Sevilla. Un grupo de amigos asistió ayer a la incineración de su cuerpo en la capital pacense, y fue quemado junto a un ejemplar de la novela de Hermann Melville Moby Dick , como quería el escritor. Hoy, sus cenizas serán esparcidas en el río Guadiana.

Nacido en Badajoz en 1951, fue conocido fundamentalmente en el mundo flamenco como autor de letras para Camarón o Raimundo Amador, según recuerda su amigo el fotógrafo Luis Casero. Desde joven entró en el flamenco y llegó a escuchar en la capital pacense a Porrinas de Badajoz. En Marruecos estudió la influencia árabe en la música flamenca y posteriormente se instaló en Sevilla.

En la editorial emeritense de La Luna publicó algunas de sus obras, como El retablo de Morales , su primera novela, que retrata con humor, la vida del pintor extremeño Luis de Morales. En la Editora Regional de Extremadura aparecieron los libros de relatos La gran Mari y Camello de verano , que describe ambientes marginales.

Otro de sus amigos, el pintor Javier Fernández de Molina, colaboró con él ilustrando algunos de sus libros.

El editor Marino González, de De la Luna, señaló que Lencero vivía fundamentalmente de los derechos de autor como letrista flamenco.

Su actividad no había cesado a pesar de sus problemas de salud hepática. Se había mudado del barrio del Arenal de Sevilla a Badajoz y preparaba una exposición para el MEIAC y otra sobre el río Guadiana.