Javier Monge, un joven de 33 años afectado por la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, falleció ayer en Madrid. Los médicos le habían diagnosticado esta enfermedad neurológica, pero no la variante humana derivada del consumo de carne de vaca loca como sostienen sus padres. El hospital de Alcorcón, centro de referencia para estos análisis, anunció que practicará la autopsia para esclarecer el origen de su enfermedad.

La ministra de Sanidad, Elena Salgado, calculó que los resultados estarán listos en un plazo de entre 30 y 45 días. El retraso, según el jefe de la unidad de neuropatología del centro madrileño, Alberto Rábano, obedece a que se requiere la aprobación judicial tras las condiciones y reclamaciones presentadas por la familia. Rábago explicó que será una autopsia limitada a la cavidad craneal para un examen neuropatológico.

Salgado pidió "máxima prudencia" hasta conocer los resultados definitivos sobre la causa de la muerte. Rábano apuntó que "con mucha probabilidad" se trata de una Creutzfeldt-Jakob esporádica y espontánea, no hereditaria. "Esta variante es una enfermedad neurológica muy rara, que afecta a gente joven", subrayó el experto.

Sin embargo, los padres de Monge insisten en que su hijo padecía la variante humana de las vacas locas. El joven, que vivió entre 1994 y 1996 en Gran Bretaña, ingresó con trastornos neurológicos en mayo del 2000 en el hospital 12 de Octubre, donde se le sometió a diversas pruebas para conocer su enfermedad.