Alemania se acostó ayer pendiente de las labores de rescate en una pista de hielo de Bad Reichenhall (en los Alpes). Cinco cuerpos fueron hallados entre los escombros después de que se hundiera el techo de la instalación, llena de niños y adolescentes que disfrutaban de sus días de vacaciones navideñas. Los bomberos buscaban esta madrugada a una veintena de desaparecidos más, entre los que se encuentran numerosos austriacos, ya que la zona atrae muchos turistas del país vecino.

Las labores de rescate se complicaron enormemente a consecuencia de la incesante nevada que caía sobre el lugar. El concejal de distrito Georg Graber, que se trasladó al lugar del suceso, afirmó que es "prematuro" hablar de las causas de la tragedia.

Anteriormente, el entrenador de un equipo de hockey juvenil Thomas Rumpeltes había explicado a la segunda televisión pública, ZDF, que media hora antes del hundimiento, ocurrido sobre las cuatro de la tarde, se le comunicó que se iba a cerrar el recinto por el peligro que constituía la nieve que se estaba acumulando sobre la techumbre. Estas declaraciones, unidas a informaciones de medios locales que aseguran que el recinto, construido en los años 70, estaba necesitado de una remodelación profunda, han desatado las especulaciones sobre supuestas negligencias.

En el momento del derrumbe había en el lugar entre 50 y 60 personas. Entre los muertos encontrados hasta ayer se encontraban un menor de 7 años y dos adolescentes. Unas 700 personas participan en las labores de rescate entre policías, Cruz Roja, soldados y bomberos.