Siete obreros de nacionalidad portuguesa con edades comprendidas entre los 25 y los 51 y un empresario español de 64 años fallecieron ayer tras sufrir un accidente de tráfico cerca de Jaca. Aunque todavía se desconocen las causas del siniestro, con toda probabilidad uno de los dos vehículos invadió el carril contrario y chocó con el otro.

El accidente tuvo lugar a las 14.20 horas en el kilómetro 641 de la N-330, a unos cinco kilómetros de Jaca. A esa hora, una furgoneta Seat Scudo Combi ocupada por ocho trabajadores portugueses que regresaban de comer colisionó con un todoterreno marca Mitsubishi, conducido por el empresario Rafael M. M.

Los ocupantes de ambos vehículos fallecieron, a excepción de uno de los obreros, Alberto M. P., de 21 años. El joven superviviente, sin embargo, sufrió heridas muy graves y a última hora de la noche de ayer continuaba ingresado en el Hospital San Jorge de Huesca. Los médicos le extirparon el bazo y le atendieron de varias fracturas en la cara y en una pierna.

Los agentes de la Guardia Civil investigan las causas del choque, que se produjo en un tramo recto tras salir de una curva. El firme estaba en buenas condiciones, según explicó los investigadores. En cualquier caso, la colisión fue brutal, ya que ambos vehículos quedaron convertidos en un amasijo de hierro. La Guardia Civil necesitó la ayuda de los bomberos para sacar los cuerpos de las carrocerías.

CAMPO DE GOLF Los obreros fallecidos son Américo B. F., de 38 años y conductor de la furgoneta; Jorge S. V., de 31; Carlos Manuel N. O., de 40; Armanedo V. M., de 48; carlos Manuel M. O., de 48; Nuño Ricardo V. S. de 25; y Manuel Angel N. F., de 51. Los siete trabajaban para la empresa gallega Esmavafón, una firma subcontratada encargada de construir un campo de golf y una urbanización en Badaguas.

Por su parte, el empresario español fallecido era dueño de un restaurante y, además, regentaba un comercio de alimentación.

Tras el siniestro, la Subdelegación del Gobierno en Huesca facilitó ayer las identidades de los obreros a la embajada de Portugal, en Madrid, para proceder a la repatriación de los cuerpos.