La muerte, por causas naturales, de un bebé de cuatro meses, en un local que actuaba con licencia de ludoteca en el barrio de Horta-Guinardó de Barcelona evidenció ayer de nuevo el descontrol de la Administración sobre los establecimientos que hacen las veces de guardería. La ludoteca, ahora precintada, atendía a diario a una treintena de niños, cuando había declarado tener aforo para 10, y las tres cuidadoras, dos de ellas en situación ilegal en España, no disponían de ningún tipo de titulación específica, según las primeras investigaciones de la policía autonómica.

La autopsia, ordenada por un juzgado de Barcelona, confirmó ayer lo apuntado inicialmente, en el sentido de que el pequeño, que padecía una cardiopatía, había fallecido a raíz de un episodio de muerte súbita, el lunes al mediodía.

En el 2004, en el informe anual que el Sindicato de Greuges dirige al Parlamento de Cataluña, ya se alertaba de que la creciente demanda de plazas de guardería había generado "un gran descontrol". Solo un año más tarde, en el informe del 2005, se refería a los principales déficits: "un número excesivo de niños por grupo" y "las largas jornadas y el reducido sueldo" de quienes trabajan en ellos.

En el 2006, año en que un bebé murió en idénticas circunstancias en una ludoteca de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), Ribó subrayó que "la falta de supervisión administrativa" de los servicios que funcionan como guarderías "coloca a los niños afectados y a sus familias en una situación de desprotección".

Por otra parte, la directora de una ludoteca de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), será juzgada por seis delitos contra la integridad moral y tres faltas de maltrato. El juzgado que ha investigado durante dos años el caso ha acordado ahora la apertura de juicio oral contra la imputada, que fue denunciada en el 2006 por una excuidadora por presuntos malos tratos a los niños.