Una mujer de 67 años fue madre el pasado viernes de dos niños gemelos que nacieron por cesárea en el Hospital de Sant Pau, de Barcelona. Un tratamiento de fecundación artificial recibido en Estados Unidos y una intensa terapia hormonal con la que devolvió la flexibilidad a su musculatura uterina le permitieron mantener la gestación hasta que sus futuros hijos alcanzaron la maduración suficiente para tolerar el nacimiento. Ahora permanecen en una incubadora. La mujer, de la que solo ha trascendido que es de origen andaluz, se ha convertido en la madre de mayor edad del mundo.

Los niños, fecundados con óvulos donados por una mujer joven, están sanos y, al igual que su madre, se encuentran bien, informó ayer un portavoz del centro, que dijo no estar autorizado para facilitar más información. El proceso que dió lugar a esta gestación siguió los pasos convencionales de las técnicas de fecundación artificial: varios óvulos y espermatozoides se unieron en una probeta y dieron lugar a los embriones que fueron transferidos al útero de la mujer, y allí se implantaron.

Ante la anormalísima edad de la gestante, el embarazo debió ser controlado con una periodicidad mensual o incluso semanal. La mujer acudió, posiblemente, a una clínica privada para controlar el embarazo y, aconsejada por su médico, se desplazó al Sant Pau en las semanas finales del proceso.

MUY ALTO RIESGO Este hospital, al igual que el resto de centros de máximo nivel, dispone de un quirófano destinado a los partos de alto riesgo, una calificación que reciben los nacimientos que protagonizan mujeres mayores de 40 años. "Nosotros la atendimos exclusivamente en el período inmediato al parto", reiteró Calaf.

La ley española de reproducción humana artificial no pone límites a la edad de las mujeres que intentan una fecundación in vitro (FIV) pero la mayoría de clínicas especializadas han adoptado códigos de autorregulación que excluyen de esos tratamientos a quienes han superado los 50 años. "Si esta mujer hubiera venido a solicitarnos una fecundación artificial le hubiéramos dicho que no, aquí no se hubiera hecho una transferencia de embriones a una persona tan mayor", afirmó Calaf.

El criterio general entre los médicos españoles, aseguró este especialista, es no aplicar tratamientos gestantes a mujeres que han superado la edad en que la biología natural permitiría una maternidad.

A medida que avanza la edad de la embarazada, y en especial cuando supera los 40 o los 45 años, se multiplica el riesgo de que sufra hipertensión arterial grave, diabetes o alteraciones cardiovasculares.