Un juzgado de Almería había determinado el pasado lunes que la custodia del menor asesinado el jueves por su madre en El Ejido (Almería) fuera para el padre, según confirmaron fuentes judiciales, que matizaron que el fallo aún no había sido notificado a las partes, por lo que se desconoce si la presunta parricida lo conocía. La solicitud del progenitor se produjo porque entendía que Ana María B. L. «no estaba cuidando de forma diligente» del pequeño, de 7 años, en asuntos como su asistencia a escuela o la proporción de comidas equilibradas.

La mujer, que fue arrestada con el cadáver del niño todavía en el interior de su vehículo en la barriada de Las Norias de Daza, permanece en los calabozos de la Guardia Civil acusada de homicidio a la espera de pasar a disposición judicial. Los familiares de la expareja ya habían señalado la intensa batalla legal con denuncias cruzadas a cuenta de la custodia del pequeño.

Fue Ana María quien, al poco tiempo de separarse, presentó una denuncia en abril del 2017 contra su expareja en el juzgado de Violencia de la Mujer. Ese mismo día le concedieron una orden de protección al hallar indicios de maltrato, además de concederle provisionalmente el uso de la vivienda y la guarda y custodia del menor. En febrero de este mismo año la justicia absolvió al padre, que también presentó una denuncia, archivada luego, contra quien fue su mujer.

Entre tanto, la pareja también acudió a la vía civil para tratar de dirimir quién se quedaba con el niño. En enero del año pasado el Juzgado de Violencia sobre la Mujer dictó una sentencia sobre la guardia y custodia que contó con el acuerdo de ambos progenitores. Sería la mujer quien se quedara con Sergio, aunque se establecía un régimen de visitas del padre. Pero algo llamó la atención de este último, que en septiembre reclamó la custodia del chico.

El progenitor entendía, dijo entonces, que la madre no estaba cuidando de forma diligente del niño. Según informa Europa Press, en la vista celebrada el pasado 4 de octubre, el padre alegó que cuando el niño estaba con su madre «no iba a clase, no comía bien o no estaba cuidado en condiciones, pues tenía falta de higiene». No obstante, «en ningún momento se apuntaron circunstancias que supusieran la existencia de un riesgo vital para el menor». Algunas fuentes señalan que el hombre incluso alegó que su ex podía sufrir problemas mentales. De hecho, la mujer estuvo internada en un centro sanitario este mismo año por orden judicial. Algunas fuentes apuntan a esa petición del padre como el elemento que terminó por desestabilizar a Ana María.

Los primeros indicios apuntan a que el niño murió por estrangulamiento. Los policías encontraron al menor tumbado en el asiento trasero del coche con la madre, tranquila, al volante. Ante la pasividad de esta, decidieron romper las ventanillas, pero solo pudieron cercionar su muerte. Los investigadores tratan de averiguar ahora si la mujer lo hizo en el coche o en su casa. También cuándo pudo hacerlo, a falta de los resultados de la autopsia.