María Adela Romero, una vecina de Tarrasa de origen colombiano de 51 años, había planificado suicidarse la noche de fin de año y que su novio siguiera el mismo destino. Los planes variaron sustancialmente porque ella no se quitó la vida pero sí acabó con la de su pareja sentimental, Jordi Gironella, de 50 años, con quien salía desde hacía tiempo. La mujer lo degolló con un bisturí tras haberlo drogado en la habitación del apartamento que habían alquilado para pasar la Nochevieja y que está situado en la playa de la Almadrava de Rosas.

Al parecer, ella habría cometido el crimen por celos porque creía que su pareja se veía con otra mujer. La policía autonómica la detuvieron el domingo por la tarde como autora confesa del asesinato. La mujer explicó a la policía que había sido una muerte "dulce". Al parecer, Romero, que es auxiliar de enfermería, habría drogado a la víctima antes de degollarla con el bisturí. La autopsia deberá confirmar esta hipótesis.

María Adela tenía pensado suicidarse en Nochevieja. Así lo había escrito en una carta a su hija que dejó en su casa, en Tarrasa, antes de irse a Roses con su pareja. El domingo por la tarde, tras matar a Gironella, habló con su hija, le explicó dónde se encontraba y le confesó de nuevo que se quitaría la vida. Inmediatamente, la chica llamó a la policía para evitarlo. Cuando los agentes llegaron al apartamento, sobre las ocho de la tarde, ella misma les abrió la puerta y les dijo que acababa de hacer "un disparate".