La presunta autora de la muerte por asfixia de tres niños discapacitados a los que cuidaba en un centro de acogida de Boecillo (Valladolid), G. L. B, de 55 años, declaró ante la Guardia Civil y la jueza que no recordaba nada de lo ocurrido y que su único propósito había sido suicidarse.

Bajo custodia policial en el módulo penitenciario del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, donde se recupera de las lesiones que se infligió a sí misma en las muñecas y el cuello con un cúter, la detenida no se responsabilizó en ningún momento de la muerte de los tres niños, de 3, 9 y 14 años y con graves discapacidades motrices, cuyos cadáveres fueron hallados el lunes con las cabezas cubiertas con papel plástico de cocina, y solo alegó que quiso quitarse la vida. Al parecer, la mujer ya había intentado suicidarse hace un par de años. La jueza ordenó su ingreso en prisión, comunicada y sin fianza, que se producirá en cuanto reciba el alta médica.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid ordenó el ingreso en prisión sin fianza y comunicada de la monitora, como supuesta autora de la muerte de tres menores.

El suceso ocurrió el lunes en las instalaciones que gestiona Mensajeros de la Paz en esta localidad situada a una docena de kilómetros de Valladolid y de unos 4.000 habitantes. Desde allí, una llamada alertó al Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León en torno a las 09.15 sobre un posible intento de suicidio en el centro de acogida, informaron fuentes de la investigación. Ya en el lugar del suceso, los agentes hallaron muertos, al parecer asfixiados, a tres niños, de 3, 9 y 14 años, uno de ellos nacido en Burgos, otro en Salamanca y un tercero en Malabo (Guinea Ecuatorial). Encontraron además a una monitora de las instalaciones, G.L.B., originaria de Uruguay, herida en la cabeza y las muñecas, se supone que por lesiones causadas por ella misma por un arma blanca.

La monitoria podría estar afectada por el denominado síndrome del cuidador que afecta tanto a profesionales como familiares de personas que necesitan cuidados asistenciales, según expertos consultados por Europa Press. Este síndrome puede identificarse como un quemazón en el trabajo, producido a lo largo del tiempo que acaba por producir una despersonalización disminuyendo la eficacia de lo que estamos haciendo porque no tener en cuenta a quien tenemos delante. Según el doctor en psicología Guillermo Fouce, "es como si se pusiésen una coraza, como si dejásen de sentir".

El experto explica que "entre las principales causas de la aparición de este síndrome se encuentra el estrés manifestado en problemas psicosomáticos, pensamientos invasivos o dificultad de dormir entre otros"