La Guardia Civil investiga como posible caso de violencia machista la muerte de una mujer de 45 años en Ayamonte (Huelva). El cuerpo de la mujer estaba al lado del de su marido, también sin vida. Fuentes de la investigación explicaron que él tenía en la mano un cuchillo y ella, un martillo. La pareja, de origen cubano, tenía un hijo en común de 4 años. Algunas fuentes aseguraron que el pequeño no estaba en el hogar familiar, una vivienda en una urbanización, sino con su abuela.

Fueron los vecinos los que alertaron al servicio de emergencias a las 8.30 horas de ayer después de escuchar gritos y llamadas de auxilio en la casa. El alcalde en funciones de Ayamonte, Alberto Fernández, explicó a los periodistas que los agentes barajan la posibilidad de que se trate de un asesinato machista.

De confirmarse esta hipótesis, serían 24 las mujeres asesinadas por violencia machista en lo que va de año. Desde que se elaboran estadísticas oficiales, el 2003, la cifra sería de 999.

La mujer fallecida, que se llamaba Lisbete, regentaba una floristería en el centro de Ayamonte. El hombre, Erasmo, era exfuncionario de Cuba y ejercía de corresponsal para varios diarios cubanos y portugueses. Uno de esos medios, Jornal do Algarve, explica en su edición on line que Erasmo y Lisbete estaban separados y que él había acudido a primera hora a la casa de ella.

En su cuenta de Facebook, el periodista escribió horas antes de acudir a la casa de su expareja: «Si tú caes, caigo contigo y nos levantamos juntos, ¿entiendes? Porque de eso se trata, mi amor, ayudarte y ayudarme a seguir adelante».

El alcalde en funciones de Ayamonte indicó que la localidad se encuentra totalmente trastocada por el suceso. «Es una de esas cosas que no te esperas, cuando es gente que jamás ha mostrado nada fuera de lo normal», dijo el alcalde, quien recordó que Erasmo, el fallecido, le hizo, precisamente, un par de entrevistas para Jornal do Algarve. A los agentes no les consta que la mujer hubiera interpuesto alguna denuncia previa.

De confirmarse el crimen machista, la víctima haría el número 999 desde que el 1 de enero de 2003 empezaron a contabilizarse oficialmente.