Prace Maxia, encadenada desde hace siete días junto al Palau de la Generalitat de Valencia para reclamar la exhumación de los supuestos restos mortales de su hija, fallecida a las pocas horas de nacer en 1982 en el Hospital Doctor Peset de Valencia, ha asegurado que no se moverá de este lugar hasta conocer si su hija "está viva o enterrada".

"No me van a tirar de aquí por muchas trabas que me pongan", afirmó ayer en declaraciones a Efe Prace Maxia, a quien le han puesto dos multas por ocupación de espacio público y no puede lavarse porque le han cortado el agua de una fuente situada junto al lugar donde protesta.

Maxia, miembro de la directiva de SOS Bebés Robados, explicó que en el caso de su hija hay "muchas irregularidades" que la empujan a pensar que no está muerta, de ahí su intención de exhumar los restos, enterrados en una fosa común.

Según añadió, siete días después del inicio de su protesta se encuentra "perfectamente, luchando por mi hija, que es lo que más fuerza me da para seguir. Mientras no sepa si está viva o enterrada en la fosa común no me voy a mover de aquí, me hagan lo que me hagan".

Tenía 20 años cuando el 23 de agosto de 1982 ingresó en la antigua Residencia Hospital Sanjurjo (ahora hospital Peset), donde el mismo día se puso de parto y dio a luz a una niña, que nació con malformaciones, si bien ella no la recuerda de tal forma: "Vi a mi hija al nacer y no era un monstruito". Esa fue la única vez que pudo verla, porque el médico del centro no la permitía ver a su hija dado que era muy tarde y ambas tenían que descansar.

Unas horas después, le dijeron a su marido que su hija había fallecido, si bien nadie del centro mostró el cuerpo al padre.