Una dama victoriana tenía una función muy clara en la sociedad: tener buenos modales, cuidar la casa teniéndola de punta en blanco, velar por el bienestar de la familia, cubrir todas las necesidades de su marido, educar y cuidar bien a sus hijos, ser elegante e ir bien vestida, etcétera. Si nos centramos en las necesidades de su marido, nos pueden surgir muchas preguntas sobre la vida de pareja que deberían tener en esa época.

La vida íntima estaba muy asociada a la reproducción y al placer del hombre. De tal modo el placer de la mujer no era, para nada, relevante. Entonces, era muy difícil que una mujer pudiera sentir deseo, pasión y placer con su pareja, aunque no imposible. Pero... ¿qué nos queda ahora de esa figura de la dama victoriana? En la actualidad solemos imaginarnos a mujeres que son:

-Frías en la cama: que no entran en el juego activamente y que no utilizan la picaresca

-Que no promueven el juego sexual: ya que apenas sienten deseo y no ven la sexualidad en pareja como algo importante para alimentar la relación, por lo que no van a iniciar los encuentros

-No suelen sentir placer: el bajo deseo puede hacer que no sientan placer y el no tener placer retroalimenta su bajo o nulo deseo

Son muchos los hombres que sienten que en la cama no tienen a una compañera sino que tienen a un ser inanimado que se deja hacer pero que no interviene de manera activa ni juguetona. Y para un hombre, esto puede llegar a ser muy frustrante porque entiende que si dos personas están juntas y se aman, van a tener relaciones sexuales como parte de ese amor y de esa pasión.

Muchas veces, cuando un hombre no se siente correspondido sexualmente, siente que no es amado. El sexo en pareja también es una manera de amar, por lo que animo a todas aquellas mujeres que se sientan identificadas con la dama victoriana, que rompan sus esquemas y que busquen la pasión en su interior. De hecho, no todas las damas victorianas de la época eran tan correctas como parecían... algunas también desataban sus pasiones. Yo os invito a desatar vuestra pasión:

-si sentís que la sexualidad os deja frías, encontrad la manera de calentaros con ella.

-es importante que encontréis el lado juguetón del sexo para querer jugar.

-es de máxima importancia que conozcáis vuestro propio placer para poderlo sentir en pareja.

Os recomiendo un libro, se llama Deseo, y lo ha escrito Sylvia de Béjar. Sylvia es directa, no se corta para nada cuando tiene que llamar a las cosas por su nombre, y quizás os cuestionará muchas cosas y hará que os planteéis la importancia del juego sexual entre los miembros de la pareja para que la relación perdure. El sexo no es el ingrediente principal pero puede ser un ingrediente necesario para que la relación pueda tener futuro, entonces... ¿qué mejor que afrontarlo de manera divertida, pasional y juguetona?

Te invito a que intentes vencer a la dama victoriana que llevas dentro y encuentres cómo disfrutar de tu sexualidad!