Las mujeres de los países en vías de desarrollo no tienen voz ni voto a la hora de tomar decisiones en el ámbito del hogar. Si lo hicieran, no habría tantos niños desnutridos y sin escolarizar. Así lo afirma Unicef en su último informe, que asegura que si las mujeres tuvieran la misma autoridad que sus maridos, habría 13,4 millones menos de niños desnutridos solo en Asia meridional. La igualdad de sexos es, según el estudio, el mejor camino para conseguir "el bienestar de la infancia".

Solo en 10 de los 30 países analizados, la mitad o más de las mujeres participan en las decisiones domésticas. Por encima de cualquier otro gasto, las madres dan prioridad a la nutrición de sus hijos, cosa que no sucede con los padres. Por ejemplo, en Camerún, las mujeres suelen destinar el 75% de los recursos económicos a comprar alimentos, mientras que los padres dedican el 22% al mismo fin. Ellos prefieren gastar el dinero en "sus aficiones".

El informe de la agencia de las Naciones Unidas para la protección de la infancia, presentado ayer en Madrid, también incide en que las madres están más preocupadas que los padres en la escolarización de los hijos. Una vez más, las niñas son las que se llevan la peor parte. Según Unicef, hay más de 115 millones de menores que no acuden al colegio y por cada 100 niños que sufren esta situación hay 115 niñas.

"Está demostrado que en los hogares en los que las mujeres son jefas del hogar, los beneficios para la infancia son mayores", dijo la presidenta del comité español del Unicef, Consuelo Crespo. Uno de los problemas que provoca esta situación es la diferencia en los ingresos.