Conocer cada una de las culturas y los diferentes pueblos que conviven juntos en una misma ciudad, en un mismo pueblo o en una misma tierra puede ser la única vacuna contra la ignorancia. Porque no hay mejor cultura que vivir la multiculturalidad, sobre todo cuando se es joven y extremeño. Son las principales conclusiones que se extraen de las jornadas Aprendiendo y Enseñando por la Interculturalidad , inauguradas ayer en la Asamblea de Extremadura y dirigidas a jóvenes técnicos de organismos como las oficinas de emancipación joven, el Consejo de la Juventud de Extremadura o las diversas asociaciones juveniles de la región.

El objetivo, "dotarles de herramientas para que realicen un trabajo más acertado en sus intervenciones con los jóvenes gitanos", según ha explicado la coordinadora de la Fundación Secretariado Gitano, Raquel Saavedra. Para Saavedra, "no se aprecia aquello que no se conoce y por supuesto, no se respeta aquello que no se aprecia".

De ahí la importancia de formar e informar sobre la población gitana y su cultura para poder trabajar con este colectivo de jóvenes, que según señalo, "tiene los mismos problemas y las mismas preocupaciones, aspiraciones e inquietudes que otra persona de su edad: empleo, formación, vivienda, familia..." Lo que ocurre es que esa percepción es diferente, "ni mejor ni peor, solo diferente".

Además de Saavedra, al acto de inauguración de las jornadas también han asistido el vicepresidente primero de la Asamblea, Luciano Fernández, el delegado de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, Julio César Fuster, y la directora del Instituto de la Juventud, Susana Martín.

Fernández también destacó la importancia del encuentro, ya que "en los momentos actuales, se necesita una cierta capacidad de reacción y cierta audacia para hacer frente a una corriente de exclusión y xenofobia en la que si la gente no está alerta, se puede caer fácilmente". Por ello las jornadas suponen "una llamada de atención a toda la sociedad para no caer en determinados peligros".

Pero además, aprender para enseñar por la interculturalidad puede ser también la mejor vacuna ante el miedo que pueden suponer los colectivos minoritarios. Así lo manifestó Fuster, para quien la sociedad "está llamada a la multiculturalidad".

El encuentro, al que han asistido unos 50 jóvenes, fue inaugurado ayer con un breve recorrido por la historia del pueblo gitano y su llegada a España. Continuará durante todo el día de hoy con una mesa redonda sobre las experiencias de intervención social con jóvenes gitanos y se retomará los próximos 17 y 18 de noviembre para hablar sobre los estereotipos que rodean a este colectivo y la discriminación múltiple que sufre la joven romaní.