El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, presidió ayer en la localidad sevillana de Benacazón el funeral por cuatro de las cinco víctimas de la explosión pirotécnica del día 3, en una ceremonia en la que los vecinos han llenado la parroquia y calles adyacentes. En la homilía, trasladó a las familias la "solidaridad y comunión con vuestro dolor", un dolor colectivo, ha dicho, "como seguramente nunca se ha sentido en Benacazón" y "con el que España entera se ha asociado" e hizo llegar su "condolencia sincera" a los allegados.

En Santa María de las Nieves y ante los féretros de los operarios Antonio Morales, Antonio Garrido, Manuel Guijarro y Juan Garrido, a los que el arzobispo ha definido como "sencillos trabajadores y ejemplares padres de familia", Asenjo pidió al pueblo que arrope a sus familiares "con cariño y cercanía".