Trompetas, tambores, carracas, triángulos y pajaritos de juguete acompañaron ayer a los instrumentos de los músicos de la Orquesta de Extremadura, que interpretaron La sinfonía de los juguetes de Leopold Mozart en el Gran Teatro.

"¿Cuántos quieren participar?", gritó el director de la orquesta, Jesús Amigo, a los niños del público nada más empezar. Aquello fue una avalancha. Los pasillos del Gran Teatro se llenaron de niños corriendo hacia el escenario, ilusionados por poder participar en la función. Solo 12 lo consiguieron, quienes, por un día, se sintieron músicos profesionales. Aprendieron no solo a tocar los instrumentos al compás, sino a obedecer al director, que les decía cuándo debían entrar en acción.

"No se trata solo de una función de entretenimiento, sino que es educativa y didáctica. El niño tiene la oportunidad de aprender cómo es y cómo suena un oboe o un clarinete", explicó a este diario Jesús Amigo, que aseguró que esta función fue interpretada hace casi diez años. "Los tiempos han cambiado mucho, y los niños no son los mismos. Seguro que han disfrutado al máximo", señaló el director de la orquesta.

´Pedro y el lobo´

Aunque el momento más álgido fue la aparición de los títeres de la compañía de teatro Per Poc, que interpretaban Pedro y el Lobo , cuento sinfónico de Sergei Prokofiev donde cada personaje está representado por un instrumento y una melodía característica: "este tipo de funciones son mucho más relajadas. No tiene nada que ver con otras que hacemos durante el año. Incluso improvisamos bastante", confesó a EL PERIODICO Jesús Amigo.

Orquesta y teatro

El espectáculo, que duró aproximadamente una hora, consta de dos partes: la introducción de los personajes, teatralizados de forma original, creando una complicidad mágica entre las marionetas y los niños. Y el cuento, en el que las marionetas ilustran las acciones que narra el actor mientras la orquesta interpreta la partitura.

Se trata de la primera actuación del ciclo de conciertos en familia programado para 2010 por el Gran Teatro --habrá dos más, en febrero y en junio--: "nuestro objetivo es llevar la música clásica a todos los rincones y a todos los públicos", indicó el director del Gran Teatro, Javier Alonso de la Torre, que aseguró que se había completado el aforo con 600 espectadores --igual que ocurrió el lunes en el palacio de congresos de Badajoz--, en su mayoría niños de entre seis y ocho años. Aunque, como señaló el jefe de la orquesta, Jesús Amigo: "los padres siempre disfrutan más que los pequeños viéndolos divertirse".